Gracias a Alfredo Zaiat y a Página 12 por poner a nuestra disposición la carta de renuncia del Economista Peter Doyle al FMI
Departamento Europeo, Washington DC, 18 de junio 2012
Al Dr. Shaalan, Decano del Comité Ejecutivo del FMI,
Me dirijo hoy por última vez al Comité Ejecutivo porque abandono el FMI.
En primer lugar quiero expresar formalmente mi más profundo
agradecimiento a las autoridades de Suecia, Israel y Dinamarca, con las
que he trabajado en el último período, así como con todas con las que he
trabajado con anterioridad, por su extraordinaria generosidad conmigo.
Asimismo, quiero aprovechar esta oportunidad para explicar por qué me voy.
Después de veinte años de servicio, me avergüenza toda relación con el FMI.
No solo por su incompetencia ante la crisis global, expuesta solo
parcialmente por el informe de la OIA, así como por el informe TSR en
relación con el seguimiento previo a la crisis de la Zona Euro. Sino
sobre todo porque los problemas sustanciales de esta crisis, como los de
otras, fueron identificados mucho antes de que se produjeran, pero
fueron negados en el FMI. Dados los largos períodos de gestación y la
lentitud en el proceso de toma de decisiones internacionales para hacer
frente a esos desafíos globales, era esencial advertir a tiempo y de
manera sistemática y continuada sobre estos peligros. En este sentido,
el fracaso del FMI a la hora de hacerlo supone un fracaso de primer
orden, incluso si esas advertencias no hubieran sido tenidas en cuenta.
Las consecuencias implícitas suponen sufrimientos para muchos (y lo peor
aún esta por venir), incluyendo Grecia, que la segunda divisa de
reserva global esté al borde del precipicio, y que durante los últimos
dos años el FMI haya fracasado a la hora de seguir, y jugado un papel
meramente reactivo, en los esfuerzos desesperados para salvar al euro en
última instancia.
Es más, los factores probables que han causado esos errores en la
tarea de vigilancia del FMI (rechazo al riesgo analítico, prioridades
bilaterales y prejuicios europeos) se están reforzando a pesar de las
iniciativas para corregirlos. Ello es especialmente evidente en lo que
se refiere al nombramiento de los directores gerentes, que durante la
última década han sido desastrosos a todas luces. Ello afecta incluso a
la actual directora gerente porque ni el hecho de ser mujer, ni su
integridad ni su impulso de dirigente pueden compensar la ilegitimidad
esencial del proceso de selección. En una institución jerárquica como
ésta, las consecuencias implícitas de esas designaciones se transmiten
en cadena a otros puestos administrativos vía nombramientos, contratos
por tiempo definido y planificación de la renovación del personal de
dirección, hasta contaminar a la organización en su conjunto, a pesar de
todos los esfuerzos para evitarlo. La opción del Comité Ejecutivo es un
FMI tullido, limitado en su capacidad de acción por las mismas causas
estructurales que han provocado los errores de vigilancia descritos.
Ojalá hubiera entendido que así era hace veinte años.
Hay mucha gente buena y sabia en esta institución. Pero el abajo
firmante se marcha para siempre. Quizá no quieran perder al resto.
Sinceramente,
Peter Doyle.
Fuente: Página 12
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios son en su totalidad moderados. No se admiten mensajes de odio, descalificaciones, insultos, ofensas, discriminación y acusaciones infundamentadas. El autor se reserva el derecho de no publicar comentarios anónimos.