jueves, 11 de octubre de 2012

Instrucciones para que su hijo no salga ateo



No lo eduque ni lo exponga al pensamiento crítico, la lógica o la ciencia.

Miéntale constantemente respecto de cómo funciona el mundo. Aliméntelo con una dieta predigerida de sinsentidos aderezados como conocimiento real y pretenda que eso es conocimiento profundo.

Hágale aborrecer su propio cuerpo y sus funciones. Convénzalo de que es pequeño, débil, que no vale nada y necesita redención. Dígale que todo lo agradable está gravemente equivocado hasta para pensar en ello.

Asegúrese de que recele de cualquiera que no sea como él en todo sentido – color de piel, nacionalidad, opinión política pero especialmente, en cuanto a religión. Haga a esas personas malas y viles y déles –aún tratándose de minorías totalmente sin poder – el poder ficcional de, de alguna manera, oprimir y perseguir a las vastas mayorías que piensan como usted.

Enséñele a reírse y descartar de plano cualquier fe diferente de la suya. Muy tempranamente asegúrese de que le enseña la diferencia entre el error mortal supersticioso de un lunático en el desierto que habló de un dios cruel que mata gente y la verdad divina y eterna que dijo un lunático en el desierto acerca de un dios cruel que mata gente.

Instrúyalo con toda severidad de la importancia de nunca cuestionar por si mismo, nunca pensar por sí mismo, nunca vivir por sí mismo y buscar respuestas sólo en un particular grupo de cuentos semi literarios de gente de la edad de bronce.

Y sobre todo, y esto no puede enfatizarse lo suficiente, asegúrese de que no pueda hablar, usar gramática o comprender lenguaje sencillo.

Esto debería bastar. 


(traducción propia)

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