domingo, 23 de marzo de 2014

Iban con la cabeza en alto

Mientras esperábamos las visitas a mi hermana Ana en la GIR (centro de detención santafesino cuyas siglas significan Guardia de Infantería Reforzada, las fuerzas de choque o tropas especiales) muchas veces veíamos al grupo de detenidas en el que estaba mi hermana siendo llevadas, pero ellas, esposadas generalmente con las manos en la espalda, no bajaban la vista, iban como si un alfiler invisible les pinchara el mentón si llegaban a bajar la cabeza.

A los 13 meses de detención, la pasaron a Villa Devoto, cárcel ubicada en el barrio porteño del mismo nombre. Las presas políticas estaban destinadas al pabellón 5 y los restantes pabellones alojaban presos sociales. Cada pabellón tenía varios pisos compuestos por unas veinte celdas donde se hacinaban 4 detenidos. Al último piso las chicas les decían "Los chanchos": Eran las celdas de castigo, las "tumbas" como se les dice popularmente.

En el penal al principio, por ejemplo, no les permitían tener libros, supongo que la idea de los torturadores era que enloquezcan. Tampoco naipes para jugar a la baraja, al truco o a la loba o a la escoba del quince. Entonces ellas tomaban ese pequeño cartón que viene en el paquete de yerba, en la parte superior, y lo dibujaban como si fuera una carta y así llegaban a completar los 40 dibujos que permiten un alivio para esas 24 horas de encierro los 7 días de la semana. Pero esas cartas caseras tampoco estaban permitidas: Cada tanto, los guardias requisaban las celdas y les quitaban su única diversión.

Mamá le llevaba a Ana cada 6 semanas una provista de yerba, jabón y algunas otras pocas cosas que le permitían llevarle. Claro, capaz que ustedes pensaban que la yerba se las daba el estado terrorista que las había encarcelado. ¡Sí claro, como no! En una época ni harina les permitían, pero ellas se las ingeniaban para hacer tortas con el pan que sobraba. Con los pocos huesos que venían en el puchero hacían adornos, puliendo los huesos contra el piso o las paredes de la celda hasta que parecía marfil. Se significa acá el uso de la frase "Trabajo de preso". Luego al hueso le machacaban encima una monedita también pulida a mano contra el cemento y repujada con algún hierro que alcanzaban a desprender de la mapostería o de un fleje de los catres. Le pasaban al hueso por un agujero hecho también con el hierro una cuerdita, o un hilo de lana trenzado y ya tenían un adorno. Yo tengo uno de esos. 

Una hora al día podían salir al patio, al sol, en el mediodía o siesta. El resto del día debían permanecer en el pabellón, en compañía de todas las otras que estaban detenidas en el mismo, al menos entre las 8 de la noche y las 8 de la mañana, cuando cerraban las celdas.

Los presos y presas de la dictadura tenían ordenado llevar la vista baja y no mirar a los ojos a los uniformados.

Mucho más adelante les permitieron libros y usar unos telares pequeños, hechos por ellas mismas con maderas y clavos. Yo durante varios usé orgulloso una colorida bufanda 'Made in Devoto' que Ana me diera: azul, roja y amarillo azafrán.

Como éramos del interior nos permitían juntar las visitas semanales y verla seis días seguidos cada seis semanas. Yo pude ir apenas 4 o 5 veces a Villa Devoto, a Buenos Aires, básicamente porque no teníamos plata para el viaje. Mamá no se perdía ni una visita, era capaz de hacer sangrar las piedras pero a su pichoncita herida no la iba a dejar de ver por nada del mundo. 

Cuando iba yo, a veces paraba en la casa de unos familiares del barrio de Villa Urquiza, pero con más frecuencia todavía en Bernal, en el municipio de Lanús, en la casa de un sobrino de mamá. Llegábamos desde Santa Fe, luego de un viaje nocturno de 500 kilómetros y nos trasladábamos directamente hasta el barrio de Villa Devoto, en el colectivo. Llegábamos a las cercanías de la prisión cerca de las 9 de la mañana y desayunábamos en alguno de los dos barcitos que recuerdo estaban cerca del portón de ingreso, tratando de matar el tiempo hasta las 11.30, hora en que empezábamos a formar las colas. "Los políticos por acá y los comunes por allá", decían los guardias, refiriéndose no a los detenidos sino a sus familiares y lo decían con infinito desprecio y violencia contenida. Recuerdo particularmente a uno obeso y autoritario, un pobre infeliz ignorante y estúpido que se creía poderoso y que seguramente no hubiera podido ser otra cosa en la vida más que un guardiacárcel de la dictadura.

Luego de la cola empezaban a dejarnos entrar por entre cuatro o cinco portones metálicos que se movían con estruendo, intimidantes. Bien podría ser así el descenso al infierno. Luego pasabamos a un cuarto en donde entregábamos para su revisación la harina, el azúcar, la yerba, los jabones que traíamos y mientras tanto pasábamos a unos especies de locutorios en donde nos revisaban exhaustivamente. Y a las mujeres mucho más, sobre todo si eran jóvenes y bonitas... ¡Hasta nos retaban si llevábamos reloj, porque decían que adentro podíamos esconder drogas! Era todo una gran burla porque a nuestros familiares sólo los podíamos ver a través de un grueso vidrio blindado y nos escuchábamos por intermedio de un micrófono de hierro fundido empotrado en la mesa del que salía un tubo que se hundía y pasaba al otro lado del vidrio dibujando una "U" para rematar exactamente igual en el extremo opuesto. Era imposible en esas condiciones pasarles ni siquiera ... aire. Pero bueno, ya casi nos habíamos habituado a esas crueldades dictatoriales.

Una sola vez tuvimos una visita de contacto en los casi cuatro años de visitas al penal de Villa Devoto, a diferencia de la GIR en Santa Fe, y fue para las pascuas de 1981.

Más o menos por aquella época un grupo de hinchas de Unión de Santa Fe hizo algunos desmanes en un viaje a ver un partido de su equipo en Buenos Aires y detuvieron a todos los ocupantes de uno de los micros que los trasladó allí. Pocos días después de salir nos vino al ver el Turco, un amigo de mi hermano: Él había sido uno de aquellos detenidos por treinta días. Nos contó que había logrado ver a Ana cuando a él le habían asignado que baldeara uno de los corredores de la penitenciaría  y pasó un grupo de detenidas, esposadas y entre ellas, mi hermana: "¡Iban con la cabeza en alto!", repetía una y otra vez el Turco, maravillado.






Esteban Cámara
Santa Fe, 2014

viernes, 21 de marzo de 2014

Amores

Corría el mes de abril de 1996 y yo andaba buscando una moto grande, de tipo cross, algo así como Yamaha XT 350, cuando pasé por la vereda de California Motos, en calle Rivadavia de la ciudad de Santa Fe y se me ocurrió preguntar allí. Tenían una XT y le pregunté al vendedor (el famoso 'Negro Yerbé') cuánto salía: si mal no recuerdo la respuesta fue 3.600 usd. Eran tiempos de convertibilidad-dolarización. La moto parecía bastante buena, aunque no era tampoco una joyita. Mientras yo la miraba el negro me pregunta: ¿Y ésa otra no te gusta?, refiriéndose a la moto que estaba a mis espaldas. Cuando me dí vuelta casi me caigo de culo: era una moto más vieja, de los modelos que entraron en los setentas, aquellos bólidos japoneses increíbles, con arranque eléctrico, motores de muchos cilindros, extremadamente confiables y con prestaciones que parecían de otro mundo. 


Las motos japonesas lanzadas en la década del 70 a conquistar el mercado yanqui: "Por una vez en su vida, téngalo todo". Amén.
Un breve flashback: En casa por los años '70 malvivíamos con el sueldo de maestra de mi vieja ella, dos hijos estudiantes y una tercera hija en prisión por razones políticas. La plata frecuentemente no le alcanzaba a mamá para la cuenta del almacén y, por ejemplo, cuando se nos rompía una zapatilla teníamos que esperar a que mamá consiguiera crédito en casa Papini para poder traernos alguna de las más baratas. Imaginen, yo soñaba con esas motos, pero estaban más lejos de mis posibilidades que irme a Japón nadando. Recuerdo particularmente una Kawasaki grande, lujosa, color bordó, cilindrada entre 750 y 1.000 que estaba parada en una vereda de calle 1º de mayo al 1.400 cierta noche de invierno o primavera de 1979 cuando yo volvía de ver a mi novia de entonces. Juro que fantaseé intensamente con robarla (aunque ni siquiera sabía manejar) y huir de ahí. Mi deseo por esa moto fue acallado a duras penas.

Al empezar a trabajar en 1983 lo primero que hice fue comprarme una Zanella 125 vieja, a duras penas andaba. Y luego tuve una Zanella RB 200 cero kilómetro, vendida para comprar un Fiat 600 al nacer Martín, el primogénito. Y más tarde un ciclomotor Garelli 50 cc y una Suzuki enduro TS 125, made in Filipinas. A esta última la había vendido en diciembre de 1994.

Bueno, la moto que me mostraba el Negro en 1996 parecía exactamente igual a aquella de esa noche setentista: una Kawa kz 750 bordó, bicilíndrica, impecable, de pintura brillante, casi sin uso. Dejaron de existir en ese momento todas las otras motos, la XT, las XR, las enduro y las racing. Sólo había lugar para ella. Parecía la misma moto de aquel delirio de añares, pero no podía serlo porque ésta entró en 1992 o 93, importada usada de EEUU. El precio solicitado por el vendedor era de 3.500 usd y yo tenía 1.200 ahorrados y otra novia por ese entonces, y con ahorros también en dólares. Esa misma noche la llamé por teléfono, debió ser un martes y le conté, emocionado, de mi encuentro. A ella, la Pipi, también le gustaban mucho las motos, me entendió y accedió a prestarme lo que me faltara.
Mi KZ en 1997, marzo, recién armada luego del accidente de enero
Volví el miércoles a California Motos y le ofrecí 3.200 de contado. Tras refunfuñar porque a ellos les convenía financiar, la oferta fue aceptada y quedaron en ponerla en orden de marcha para el día siguiente, a la tarde.

Ese jueves, imaginen mi emoción, llegué a la agencia y los mecánicos me informaron que había arrancado inmediatamente, ¡hasta tenía nafta yanqui todavía en el tanque! La moto llevaba sin andar varios años, pero arrancó con brío, majestuosa y con esa voz ronca que hace intuir, a varias cuadras de distancia, un motor potentísimo.

Salí a probarla por Avenida Alem y allí se manifestó mi mala suerte de siempre: Me para un control de tránsito y yo no tenía ni siquiera la tarjeta verde de la moto, ni un contrato de compra-venta, ni era mía. Le expliqué la situación delicada al jefe del operativo y le rogué que me dejara seguir, la moto estaba siendo solamente probada, era imposible que conformara a la parafernalia histérica de requisitos administrativos propios de nuestra cultura formalista. Sin embargo el funcionario prestó oídos, insólitamente, a mi requerimiento y me dejó seguir. Fue tal el susto que ni recuerdo las sensaciones de aquella tarde al manejar por primera vez un vehículo como nunca antes había tenido a mi control, que más que triplicaba la cilindrada del mayor motor que hubiera comandado. 

Volví presuroso para la agencia y dejé la moto, funcionaba y no importaba nada más. Quedamos en que la retiraba al día siguiente. Luego, al llegar Pipi de su ciudad (a unos 100 kilómetros de la mía) en la tardecita del viernes fuimos directamente a la agencia y nos fuimos con ella.

Una cosa curiosa fue el domingo, cuando luego de andar todo el fin de semana con lógica precaución porque no tenía la identificación de la moto y faltaba mucho para que esto ocurriera, tras dejar a mi financista en la estación de colectivos para volver a su casa, perdí el silenciador de la moto (que no silenciaba) en algún lugar ignoto. Jamás lo encontré. Así que el lunes a la mañana me fui a consultar y luego de muchas vueltas conseguí que en Vértigo silenciadores me hicieran un múltible y me adaptaran uno que tenían ellos. Todavía está en la moto y le da un sonido muy especial.

En enero de 1997 y en el mismo mes de 1998 tuve sendos accidentes que ya he relatado, además del de septiembre de 2002. Ninguno de ellos grave.

La Kawa en 1998, frente a mi casa
Misma època de la foto anterior.
Fueron muchos años de calles y rutas, un viaje a Córdoba, otro a Punta del Este, muchos encuentros de Diamante, San Carlos, Basavilbaso y Paraná, alguno en Rafaela, Villaguay, Carlos Paz. En ella viajaron mamá, mis cuatro hijos, entenados, sobrinos, hermana, 'exes', amigos. Llegué a manejarla con confianza y destreza como si se tratara de una 100 cc. Ignoro cuántos kilómetros le hice, culpa de sucesivas roturas del cable del velocímetro, tal vez fueran 150.000... Durante mucho tiempo la usé como único vehículo y la desgasté demasiado. Ya a partir de 2002 empezaron a dejar de verse los repuestos. Pero seguimos rodando.
Basavilbaso 1996

MotoEncuentro Diamante, 1996

MotoEncuentro Diamante, 1996

En el Dique Los Molinos, Córdoba, 1996 (Encuentro de Carlos Paz)

Diamante 1999
En febrero de 2009 un terrible temporal cuando volvía de nadar y había dejado la moto en la plaza San Martín, adyacente a la oficina en donde trabajaba entonces, causó que la moto no arrancara. Intenté empujarla hasta mi mecánico pero pronto vi que era superior a mis fuerzas y pedí un flete. Mientras íbamos para el taller llamé al mecánico que atendía a mi moto desde hacía 12 años: Para mi sorpresa se negó a recibirla en el taller. Vanos fueron mis argumentos ('¡llevo la moto en un flete!', le decía), no hubo caso. dejó de ser en ese mismo momento el mecánico de la Kawa.

En Santa Fe no es fácil, hay infinidad de talleres de motos, pero no hay casi ninguno confiable, sobre todo para ese tipo de moto. Tampoco en los primeros años tenía yo suficiente ingreso, así que la Kawa se quedó en casa, lisiada. Recién en 2012 encontré un mecánico que me pareció adecuado y se la llevé en enero de 2013. Resultó no ser aceptable, era algo que podía pasar. La tuvo 14 meses para solamente ponerla en marcha, cambiarle el aceite y la batería y hacerle un puente eléctrico porque se ve que aquel temporal le había arruinado el sistema de la llave de contacto. Pero bueno, lo importante es que la puso en marcha y la saqué de aquel taller sin luz principal ni freno trasero, con el manubrio flojo y sin arranque eléctrico.

Por fortuna, paralelamente había llevado la otra moto, una Motomel Custom 200 de 2011 a otro taller que resultó muchísimo mejor. El mecánico había dejado a ésta última funcionando suave, impecablemente, parecía otra moto y había encontrado gruesos errores en el tallerista anterior.
La KZ al 07/03/2014, recién puesta en marcha
Y bueno, estamos en proceso de ponerla al día, afinarla bien, ya solucionado lo del freno trasero, el manillar, el burro de arranque y recuperada la luz, al menos la luz alta. No le consigo hasta el momento los acrílicos de los guiños y seguramente se va a complicar. En todo caso le pondré lo de otra moto que siga saliendo.

Sé que no es una moto para andar todos los días por su edad y por la marca (Kawasaki discontinúa los repuestos a los 10 años de fabricación del modelo) y no debo usarla más que un día a la semana. 

Pero bueno, es un amor que resistió al tiempo. Y eso es invaluable.

La sensación de manejarla es de nervios y potencia, fuertemente emocional, casi volcado sobre el tanque (sin ser una moto pistera, es de turismo pero con algunos signos de hibridación hacia 'lo racing') y con pulsiones de placer y muerte. El motor ronca y gruñe fuerte pero acompasado y la extraña enfermedad romántica que sufro por los birrodados a motor me produce impulsos oscuros de dejar atrás el tiempo y la seguridad y acelerar hacia ese túnel de destellos laterales oblongos en que se transforma el mundo por causa de una aceleración extrema. 






Esteban Cámara
Santa Fe, 21 de marzo de 2014

miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Hacia un nuevo orden mundial?


Hace algunos años el presidente de los EEUU amenazaba con atacar a Corea del Norte, argumentando posiciones amenazantes de este pequeño país. El premier chino, Xing Ping dijo claramente que Corea no era una amenaza para Estados Unidos. Lo que expresó, en el subtexto, es que China sí era una amenaza para USA en caso de atacar a su aliado, Corea. Obama se mandó a guardar.

El año pasado, una denuncia casi seguramente fraguada de uso de armas químicas por parte del gobierno de Siria en su lucha contra una insurgencia armada desde el exterior (entre otros, Al Qaeda atenta activamente contra el gobierno legítimo y con altísima aceptación de Al Assad -ronda un 70% de imagen positiva) motivó un estado de excitación por parte de USA y sus lacayos europeos (Cameron, Rajoy, Hollande) amenazando bombardear e intervenir aún más abiertamente de lo que lo vienen haciendo. Rusia aquí intervino con mucha mayor asertividad y, nuevamente, los gobiernos imperialistas mostraron su cobardía.

Muchos dicen que USA tiene la mejor tecnología bélica del mundo, infinitamente más avanzada que la de Rusia o China.

De ser cierto lo anterior, choca con el hecho de que el país norteamericano no ha intervenido bélicamente en forma abierta, en las últimas tres écadas, salvo con rivales inmensamente más débiles. Sólo se le ha animado a países como Grenada o Panamá. La intervención en Kuwait, defensiva, parece una excepción no del todo excepcional. Irak, aislado internacionalmente por su invasión y perdedor en aquella contienda, luego fue invadido y su gobierno derrocado. Claro, además de la falta de legitimidad internacional de Saddam Hussein y su debilitamiento militar al perder el conflicto, la moral del país se había resquebrajado y las tensiones con las minorías religiosas, sumada a la influencia creciente de Al Qaeda en el país, facilitaron una intervención yanqui que tampoco fue ni muy limpia ni particularmente exitosa. Eso sí, se quedaron con los recursos petroleros del país a un costo enorme en vidas. Pero la aventura estuvo lejos de terminar bien.

En Afghanistán, país también debilitado por guerras civiles, USA tiene la situación mucho más cerca del desastre que del éxito.

Otro caso: A pesar de la enorme desproporción económica y militar, desde 1963 EEUU no se ha animado con la pequeña Cuba, sin ir más lejos, más allá de las operaciones e intentos de asesinato algunos de ellos bastante irrisorios.

El papel de USA mayormente se vuelca a la promoción de disturbios frente a gobiernos que no le simpatizan, aplicando la "teoría del golpe blando" y la agenda de Gene Sharp y su fundación Albert Einstein (Einstein, si reviviera y constatara para qué se usa su nombre seguramente les vomitaría encima). Así lo hace en Venezuela y lo hizo exitosamente en Ucrania, siempre con  el apoyo de sus serviles subalternos europeos. Otro tanto intenta, aunque con mucho menos incidencia, con otros gobiernos latinoamericanos como Argentina, Bolivia, Brasil y Ecuador.

Es preciso dejar bien en claro también, una vez nombrados esos gobiernos latinoamericanos díscolos al imperio, a quien voces del establishment yanqui denominan como con tendencias dictatoriales, que EEUU sí apoya a gobierno fuertemente represivos y antidemocráticos como las asquerosas 'realezas' de Arabia Saudita y otros países del golfo pérsico, en donde las violaciones de los derechos humanos y de género son tangibles, cotidianas y espeluznantes. Otros gobiernos aliados de USA son los altamente represivos Chile (palos y más palos a los estudiantes durante el gobierno de Piñera y asesinatos y violaciones a los DDHH del pueblo mapuche), España (hambreando y reprimiendo violentamente a su pueblo), Paraguay (represión y expulsión de campesinos y poblaciones originarias para la expansión de la frontera de la soja) y Colombia (cientos de campesinos desaparecidos en sus luchas por tierra y dignidad), por ejemplo. De respetuosos de los derechos humanos estos gobiernos (por nombrar sólo algunos) no tienen nada. Está claro aquí que lo que USA combate no es la injusticia sino la desobediencia a sus designios imperiales, hasta hace poco en un contexto unipolar.

En este panorama, celebro profundamente la aparición de potencias como China y Rusia que podrán no ser mucho mejores que USA, pero, al menos, a éste 'matón del barrio' ya le ha aparecido competencia. Y esa es una buena noticia para la gente de paz.





Esteban Cámara

martes, 4 de marzo de 2014

No descuidarse frente al fascismo

Estamos asistiendo a un rebrote del fascismo a nivel mundial. En Ukrania han llegado prácticamente a tomar el poder con la excusa de ingresar en la Unión Europea. Ukrania se llenó de mercenarios europeos a sueldo de las potencias europeas y EEUU. Sus métodos son violentos y no difieren mucho de los utilizados en Alemania a principios del siglo XX. Tampoco sus símbolos.


En Venezuela también lo han intentado, aunque aquí no les fue muy bien que digamos. Pero sospecho que lo van a seguir intentando.

En Grecia y Francia los grupos fascistas están alcanzando niveles de penetración política sólo compatibles a los de las décadas del 20 y del 30. En España, gobiernan en la alianza del PP.

Es notorio de un tiempo a esta parte la actividad de defensores de Franco, Mussolini y Hitler en las redes sociales. Lo vengo viendo cada vez más frecuentemente y no creo que esto sea totalmente espontáneo. No creo que sea espontáneo, me temo que aquí hay fondos, capacitación y logística de las usinas de las que difunden y organizan el tipo de “golpe blando”: Gene Sharp y la Fundación Albert Einstein (el que les vomitaría en la cara de resucitar). Entre muchas otras fundaciones y ONG's que son la nueva cara visible de la CIA y el pentágono.

La mayor parte de, si no todos, esos grupos fascistas, violentos o no, son apoyados y financiados por la derecha mundial y los EEUU, que ven con preocupación la declinación de la que era por lejos, indisputablemente, la potencia mundial hasta hace un par de décadas, sumando su propio agotamiento y el surgimiento de dos contendientes serios, como Rusia y China.

Hace poco, los gobernantes de USA amenazaron con atacar a Corea del Norte (en su lógica de matón internacional que debe mantener con miedo al resto de los súbditos) hasta que China le dijo, amable pero firmemente, que se quedaran tranquilos, que no había amenaza por parte de Norcorea. EEUU se calló la boca.

Luego vino la acusación contra Siria de haber usado armas químicas en la guerra que el gobierno sirio mantiene contra grupos fundamentalistas (Al Qaeda, nuevamente aliado de superficie de USA, ya cumplida su misión de “adversario”-justificador de la intervención yanqui sobre el petróleo Iraquí) y mercenarios europeos pagados por … adivinen quién. Entonces aquí habló Rusia y su mensaje no fue ya tan educado. EEUU (que amenazaba bombardear con el aval de las pseudodemocracias europeas, hambrientas del petróleo que palie sus crisis de inequidad y gula financiera en beneficio de las minorías), nuevamente y para sorpresa mía y de muchos, se mandó a callar. 

Nunca en las últimas cuatro décadas USA se le ha animado militarmente a un país mediano o grande. Sí a Grenada, Panamá, Iraq (desgastado por la guerra y los enfrentamientos internos), etc. Ni siquiera se le ha animado a la pequeña Cuba. Hoy saben que están más débiles que nunca y tienen, no uno (como en la guerra fría) sino dos enemigos poderosísimos. 

En este ordenamiento geopolítico es crucial para EEUU retomar el control de la insubordinada Latinoamérica y especialmente el petróleo de Venezuela, reservas tan enormes y tan cercanas. Ecuador, Bolivia, Brasil y Argentina no se deben confiar y deben seguir apoyando a Venezuela contra la agresión del imperio. Creo que pueden hacer mucho más que lo actuado hasta ahora.

Hay que establecer en América Latina un muro cultural y militante contra el fascismo y su impulsor, USA.





Esteban Cámara

lunes, 3 de marzo de 2014

Los revolucionarios del aire acondicionado

"Todos los que militan lo hacen por propia conveniencia" me dijo una señora gorda hace algunos años, acusándome ... de militar.

Pero no se enojen con ella: tiene buen corazón.

Apoya la Asignación Universal por Hijo, el matrimonio igualitario, el Procrear, los juicios a los genocidas, la política de defensa de la producción y la creación de empleo. 

No es malintencionada. No.

Critica también lo criticable. Que Monsanto, que Chevron, que Barrick, que los ferrocarriles y el accidente de Once.

El problema es que apoya o critica mientras se abanica la concha al lado del aire acondicionado.

El problema es que no hace nada. No sale a la calle, nunca lo hizo, a apoyar nada de lo bueno. Nunca le puso el cuerpo ni a las políticas que piensa que son buenas ni tampoco salió a defenestrar lo que le parece cuestionable.

Claro, recordemos: "los que militan lo hacen en provecho propio". O sea, se manchan con el barro de las calles. Los que militamos somos unos fanáticos con los que no se puede hablar. Sólo pueden hablar entre ellas, las señoras impolutas que nunca se mancharon con el lodo de las cunetas.

Ellas no se manchan ni la bocamanga del pantalón. Ellas apoyan sentaditas cómodamente en una silla. Fueron y vinieron por las calles cuidadosamente pavimentadas del centro, en sus autitos cero kilómetro con aire acondicionado, a sentarse en sus sillitas tapizadas a la vera del climatizador mientras hacen como que trabajan.

Ellas critican y hasta braman "¡qué barbaridad!", indignadas, al pie del aire acondicionado. Y rapidito , eh, para que no se les venza el tiquet del estacionamiento.

'Desde una mesa repleta cualquiera decide aplaudir
la caravana en harapos de todos los pobres.
Desde un mantel importado y un vino añejado 
se lucha muy bien.
Desde una mesa gigante y un auto elegante
se sufre también.
En un amable festín se suele ver "combatir".'
Silvio Rodríguez, Canción en harapos.


Qué barbaridad, doña. ¡Vió!



En fin, para que no crean que es todo mala onda les dedico este poemita:


Poema a la Clase Media


Clase media
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande

Desde el medio
mira medio mal
a los negritos
a los ricos
a los sabios
a los locos
a los pobres

Si escucha a un Hitler
medio le gusta
y si habla un Che
medio también

En el medio de la nada
medio duda
como todo le atrae
(a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida)
sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan
(medio en las sombras)
a veces, sólo a veces, se da cuenta
(medio tarde)
de que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina

Así, medio rabiosa
se lamenta
(a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza
a entender
ni medio
Autor: algunos lo atribuyen a Daniel Cezare y otros a Mario Benedetti



Esteban Cámara