sábado, 19 de diciembre de 2015

Desenmascarando el relato kirchnerista

Hace un par de meses viajé bastante en el relato kirchnerista: San Martín, norte de la ciudad de Buenos Aires, etc. El relato ferroviario parece ser rápido, nuevo, limpio, cómodo y con aire acondicionado.

Mi hijo mayor tiene un relato blanco y con teclas con el que se conecta a internet, estudia, escribe, calcula. Y así como él he visto cientos de chicos tecleando en relatos que no podrían tener de otro modo.

Mis hijas fueron inmunizadas contra muchas más enfermedades que antes por el relato.

Según el Banco Mundial, CEPAL y otros, el relato paso a nueve millones de personas de pobres a clase media.

El relato puso en marcha en 2014 la central nuclear Atucha II (¡se había iniciado hace 34 años!). 

El relato también inició la construcción de la tercer y cuarta central nuclear.

El relato mandó dos satélites de comunicaciones (los construyó, además) al espacio. Ahora nuestra internet, tv, etc. son más soberanas y todo culpa del relato.

El relato posibilitó que 200.000 familias puedan llegar a la casa propia mediante créditos accesibles (Procrear).

El relato ayudó a que la gente compre cientos de miles de autos, gracias a créditos de bajo costo (Procreauto).

El relato bajó la deuda externa a un 25% de lo que representaba del PBI en 2002 (de 1.5 veces a 0.4 del PBI).

El relato logró varios records anuales de viajes de argentinos al exterior y de compra de autos 0 kilómetro.

El relato recuperó la aerolínea nacional (en quiebra y vaciada por una desastrosa privatización), el petróleo y los ferrocarriles, también al borde del colapso en manos privadas.

Creo que a esta altura es tedioso tanto "relato".

Les puedo asegurar que vamos a extrañar el "relato".





Esteban Cámara
Santa Fe, 19 de diciembre de 2015