martes, 29 de noviembre de 2016

Los planes ... y los peces

Hace muchos años ví una película bulgara (creo), cuyo título tradujeron algo así como Tiempo de violencia. En ella, filmada a fines de los 80 o principios de los noventa, se narraban los tiempos de la conquista otomana del este de europa y en particular los de un pueblo cristiano y su sacerdote. En un principio, el cura encarnó la resistencia cultura y religiosa del pueblo, pero el poder y la saña (empalamientos masivos, por ejemplo) del imperio los estaba llevando al exterminio. Entonces, de un día para el otro, el cura apareció con túnica y sombrerito de clérigo musulmán. ¿Traición?, no, se había convertido-sacrificado para que su pueblo no sea exterminado. Los pueblos no se suicidan, se suicidan los individuos, decía el tipo. Esa es para mí la enseñanza máxima de la cinta. Un favor les voy a pedir: dejen ahí la anécdota, los hechos pasaron hace 6 siglos y no se pueden asimilar a nada actual. Sólo me interesa esa frase: "los pueblos no se suicidan".

Mucho más acá en el tiempo se nos va con nuestro profundo amor, Fidel. A diferencia del Che, que nunca entendió el proceso de los cambios que habían parido juntos y equivocó el camino (abrazando el foquismo), ofrendando su propia vida en el proceso, el gigante pobló su camino político tanto de alianzas y pactos con sectores muy diferentes como de acciones militares. Lo sé por el mismo Che en Pasajes de la Guerra Revolucionaria. Allí Ernesto cuenta los innumerables intentos de Fidel por acordar con todos los opositores a Batista, aún suavizando lo más posible las proclamas.

Incluso el Che cuenta el episodio en que un barco con combatientes de Prío Socarrás es descubierto por parte de los agentes de Batista en el intento de desembarco y los integrantes del grupo asesinados o detenidos. Fidel se lamentaba de que Prío, un ex presidente corrupto por quien no sentía la menor simpatía, no le hubiera avisado así organizaba alguna acción para distraer a las tropas del régimen y poder garantizar el éxito de la intentona rebelde ajena.


Lo mismo de Fidel podría decirse de Perón, Mao, Ho Chi Minh, Lenin y muchos otros líderes que llevaron una exitosa táctica de alianzas con sectores a los que a veces terminaron convenciendo ... y otras veces, no. Esa táctica evita concienzudamente el "paladarnegrismo" (típicamente infan-trosko) y otras enfermedades ideológicas infantiles de los revolucionarios (al menos de los que, invariablemente, fracasan).

Toda revolución de la historia se gestó en base a tolerancia, negociación y alianzas con gente que a veces te gusta y con otras que, por ahí, no te gustan mucho.

Esto viene a cuento de lo que leo con espanto de muchos compañeros, que tildan de traidores a quienes se desvían aunque sea una fracción de grado del "camino virtuoso", virtuoso según ellos mismo definen.

Los paladarnegristas validan el hambre y el suicidio. ¡Cómo se nota que no saben lo que no es tener para darle de comer a los hijos!, eso es claramente una manifestación de culturalidad pequeñoburguesa. Pero como decía al comienzo: los pueblos no se suicidan. Y luego se puede demostrar: las revoluciones no se hacen codo a codo con clones de uno mismo. Las revoluciones son siempre expresión de un conjunto heterogéneo. El foquismo sólo funcionó en la cabeza de mi querido Che y algunos aventureros o desquiciados como Regis Debray, Abimael Guzmán, las cúpulas de Erp y Montoneros y algunos más. Ninguno triunfó, todos llevaron a la muerte, generalmente a otros. Tal vez el único que pagó con su vida el error fue mi amado Che, a quien en los últimos días le quedaron sólo un puñado de compañeros. Los otros foquistas mencionados mandaron gente a la muerte desde la comodidad de un búnker o del exilio.

Tengo amigos que lo son desde hace décadas, de quienes me he desuscripto: porque, ¡qué fácil les sale el insulto, el "traidor"!: "Traidor vos, traidor aquel, el único bueno ... ¡soy yo! (y ese selecto grupo que es igual a mí)".

Les aviso gente, sean quien sean no tengo problema en dejar de seguirlos o eliminarlos de mis contactos si sigo viendo esa miopia "paladarnegrista", ese clarinismo infantil y puteador que nos ha infiltrado. Así sean tan cercanos como mi brazo derecho, los apartaré de mi.

Si quieren debate, lo hacemos por privado, no puedo razonar bien frente a los gritos destemplados, los sofismas al estilo ad hominem, los rostros desencajados, la desinformación, la tergiversación y, finalmente, los insultos y los linchamientos de la horda, tan mediatizados. Postverdatizados.

No puedo creer cuánto nos hemos terminado pareciendo a nuestros enemigos. Muchos de nosotros 'hemos' caído como chorlitos en las garras de la post-verdad, esa verdad pseudoevidente que se crea de a retazos que se gritan, invisibilizando partes enormes de la realidad, ignorando con ganas (ignoramus et ignorabimus), tergiversando, exagerando y mintiendo descaradamente.

Cuando uno va caminando por la calle y un perro desde adentro de un portón le ladra, suele ocurrir que los otros perros de la cuadra también lo hacen. No saben bien por qué, pero lo hacen. E incluso algunos vienen a morderte, como si fueras un enemigo. Eso es la postverdad.

El CTEP: Pan dulce y no conflicto (recomiendo que lean el artículo de Teodoro Boot en Diario Registrado http://www.diarioregistrado.com/opinion/el-pan-dulce-y-la-sidra-no-son-antagonicos-con-la-revolucion_a58383e619bfd993f295b2872): ¿Qué es conflicto? ¿Acaso entendemos (si así es es que la hegemonía cultural nos ha colonizado) que la militancia, la resistencia es conflicto? Me preocupa que se piense así. No le temo al conflicto, pero veo demasiados que sospecho que jamás han pintado una pared, dado de comer en una copa de leche o siquiera asistido a una marcha, confundir militancia o resistencia con conflicto. ¿Qué estamos incubando? ¿Qué está mal de lo que hizo la CTEP? Yo no lo creo, pero, en todo caso, eso no los convierte en traidores. ¡Paremos la mano con el maccartismo! Nos vamos a terminar suicidando por no comprender la heterogeneidad del mundo.


Otra: ¿Cuál es la definición legal de conflicto? (habida cuenta de que el acta es un elemento legal). Un cartonero que se agarra a piñas con un vecino ¿pondrá en riesgo el acuerdo con el gobierno? Ridículo, gente. Piensen.


Por último: ¿podría una ONG impedir que sus representados participen de, por ejemplo, un saqueo de supermercado? Es tan profundamente ridículo asociar esa cláusula con una claudicación frente al gobierno oligárquico, que no creo que se pueda tomar en serio como prueba de traición.

El artículo de Verbitzky al respecto (https://www.pagina12.com.ar/5708-conciliacion-y-manoteo), tiene gruesos errores como decir que el MTE o el Movimiento Evita pertenece a la CTEP: "La CTEP es la organización paraguas que cubre al MTE y al Evita", dice Verbitzky ... ¿Ven que hasta los compañeros tergiversan? La CTEP es la confederación de trabajadores de la economía informal, responde al Evita. No ES el Evita. Aún así, Verbitzki no deja de ser de nuestra vereda ni le voy a ir a gritar ¡TRAIDOR!. ¿Lo ven? Se puede. Bueno: Perro, te has sobrepasado a tí mismo. En tu sorda pugna contra Bergoglio te estás yendo de mambo, ojo, soy ateo y Pancho no me cabe ni un micrómetro, pero, Perro, suelte ese hueso y piense. 

Ah, el payaso barricada, bué: hace cosa de un mes leí un artículo que me recomendó mi hijo Martín... En fin, a confesión de parte: un payaso... Su artículo contra el Evita está plagado de adjetivos y casi ningún verbo, repeticiones de efectos retóricos baratos ("compañeros, tanto les pegó lo de José López?", multiplicado por 3 o 4, por ejemplo) y otras lindezas estilísticas. ¿Quién te enseñó a escribir, payaso?, ¿Morales Solá?. E incluye una fea mentira sobre Abal Medina. Revisen el acta de las sesiones (como yo lo hice, no me crean, siempre chequeen) y verán que Abal Medina votó EN CONTRA, del acuerdo con los fondos buitre, no como dice el payasito. ¡Uepa! Otro cachetazo fallido que como a los malos payasos, les vuelve y les estalla en la cara. Una mentira más de este que no da gracia, da vergüenza ajena. Y lo de 'barricada' (¿?), me juego la vida que éste no pasó a menos de 100 kilómetros de ninguna en su puta vida. Leyendo basura fanatizada como esa entiendo un poco más por qué nos odia gente mas o menos neutral.

Recuerden: Chequeen, chequeen y cuando ya se hayan cansado, descansen. Pero después, vuelvan a chequear.

Los planes (y los peces)

Por lo que se aprecia, ni yo ni ninguno de los puteadores tiene ni la más pálida idea de lo que es sobrevivir de un plan como el Argentina Trabaja, para quienes Pérsico y Navarro consiguieron un aumento. Claro, para luchar contra Macri dejemos que se mueran algunos miles. Eso nos va a dar más fuerza, ¿no?... ¡NO! 

Después, la foto de Pérsico con Carolina Stanley, usada como epígrafe de un "traidor": compañeros, por favor. ¿Cuántas veces hay que demostrar que una foto no sirve para nada? No se sabe el antes y el después, el contexto, los metadatos. ¿Tanto nos afectó la estrategia lanatiana? 

Parecida chilladera se armó cuando la salida del bloque de diputados del FPV. Sin embargo, pocos días antes, el que había puesto el cuero (más específicamente, la cabeza) ante la represión de la movilización contra el ajuste en Rosario había sido el referente del Evita en esa ciudad. Algunos días después, los que se bancaron los balazos de goma fueron los compañeros de la "organización paraguas" (¿?), según Verbitzki, el CTEP. Y así también los veo en la copa de leche de mi barrio a los pibes del Evita, militantes del territorio.

En fin, claramente estas confuciones ocurren cuando hay más teclado que territorio pateado/militado. Un consejo: vayan a colaborar a alguna copa de leche, banquen pancartas en las marchas, empuñen una pala y ayuden a zanjear en alguna villa. Van a ver como se entiende mejor la singularidad compleja de la política y los frentes policlasistas.


Hay que ser más inteligentes, compañeros. Detrás de todas esas campañas de purismo y divisionismo está la 'intel' del enemigo. Quieren que nos recelemos, que nos discriminemos y peleemos entre nosotros. Así, el 2019 será pan comido para la oligarquía.

Saludos a todos. Y, el que quiera debatir, por privado, genial. 

El que me quiera eliminar de sus contactos, valga esta línea como adiós.

Buenas tardes.




Esteban Cámara

sábado, 19 de noviembre de 2016

Mortalidad infantil en Santa Clara, Cuba: una reflexión

La central provincia de Villa Clara, Cuba, acaba de informar su tasa de mortalidad en lo que va de 2016 (la publicación es del 18 de noviembre de 2016 y se refiere a datos recogidos desde el mes de enero del corriente año): 3.5/1000. Estos datos no son raros en Cuba, dado que el promedio del país es de 4 muertes de menores de un año por cada mil nacidos vivos. Fuente: Granma, Tasa de mortalidad infantil en Villa Clara
Datos del contexto: La mortalidad infantil en argentina es de 13 por mil, en mi provincia (Santa Fe) es de 9 y en los ricos Estados Unidos es de 6.
Fuentes al final. Si quiere puede ampliar el cuadro haciendo click sobre él
A todos los que hablan mierda de la "miseria" de Cuba les pregunto:
¿A qué paraíso del consumo van los 10.000 niños yanquis que se mueren cada año por que los adultos defienden un sistema que sólo enriquece a los médicos y empresas de salud?
¿A cual orgía capitalista van los más de 300 niñitos santafesinos (esta rica santa fe, con una gasto en salud mayor que el cubano y con un PBI de casi el doble) que se mueren todos los años por defender los privilegios de la corporación médica y no tener un sistema de salud como el de Cuba? ¿Y los casi 7.000 criaturitas que asesina en Argentina este sistema de mierda que sólo beneficia a los poderosos?
¿Acaso van a pasear en cadillacs y les dan un nicho-loft con vista a Manhattan?
Y eso que estamos comparando el país más poderoso de la tierra y uno de los más ricos con una pequeña isla, bloqueada y agredida permanentemente por ese mismo poderoso. Un país similar a Cuba y vecino, R. Dominicana (alabada por los economistas ortodoxos por su liberalismo económico y ¿pujanza?) la ¡SEPTUPLICA! en mortalidad infantil: 27%. en 2014, festejaban que había bajado de 32%. Estamos hablando del asesinato de 5400 niños dominicanos al año. El capitalismo MATA y los economistas ortodoxos son los instigadores y cómplices de sus asesinatos.
Vivimos en un sistema de mierda en donde el que quiere cambiar las cosas es calificado de 'loquito' o terrorista, mientras la inmensa mayoría vive en el individualismo y es manejado cual marioneta por el sistema de medios que le vierte basura en la subjetividad y lo controla hasta el punto de hacerlo actuar contra sus propios intereses.



Fuentes:
Estos datos han sido chequeados con datos propios por mi experiencia de 14 años en el sistema de salud argentino-santafesino.



Esteban Cámara
Santa Fe, noviembre de 2016

martes, 15 de noviembre de 2016

Hombres contra el fuego

Netflix emite Black Mirror, una muy buena serie de ficción-especulación acerca del efecto de las TICS en el futuro cercano. Quiero comentarles hoy Men against fire, capítulo 5 de la tercera temporada de Black Mirror.


Recomiendo especialmente este capítulo para estos tiempos que se vienen: tiempos de racismo, xenofobia, homofobia, etc. Ahí se puede ver como funciona el modo cultural por el que se construye como un enemigo al diferente, haciéndolo ver como no humano. Eso es la biopolítica, pero es extensible a las diferencias culturales. 

Creo que lo mejor que tiene el episodio es una metáfora muy pero muy fina respecto del adoctrinamiento a los combatientes, una alteración tecnológica de la percepción (no hace falta, para eso está la cultura, ¿no, Michel F.?). Los que tienen Netflix, pueden verla allí. Los demás, pueden bajarla (los que no sepan como, pídanle a su sobrino o amigo pirata que les enseñe).

Está muy bien narrada, concisa y eléctrica (aunque tal vez demasiado televisiva: se podría haber hecho 'volar' un poco más, tal vez con algún director latinoamericano), por el director Jakob Verbruggen y contiene una pequeña joyita actoral en la performance de Michael Kelly, el que hizo de Doug Stamper, el amoral asistente de Jack Underwood en House of cards.

La trama muestra la lucha de unos soldados en un escenario apocalíptico, con el ápice de la tecnología de su tiempo, contra unos dizque mutantes al estilo zombie, a los que llaman cucarachas y de quienes defienden a los aldeanos pobres y asustadizos. Hay allí, claramente, cuatro clases sociales: la elite, los soldados, los aldeanos y las 'cucarachas'. El ensañamiento contra éstas recuerda al nazismo, a la dictadura militar argentina o chilena, a todo genocidio de los últimos siglos. A pesar de todo, los soldados se niegan a matar, entonces se recurre a la tecnología.

Por cierto, esto me recuerda a algo que me contó un pibe que fue soldado en la época de la dictadura militar, no sólo bajo bandera, sino parte de la fuerza en combate activo. Él me decía que el día que tenían un procedimiento los obligaban a comer y que luego se sentían 'raro', como sin total consciencia de lo que hacían. Sospechaba que los drogaban en la comida. No me extrañaría en lo más mínimo. No es natural matar, por eso es tan frecuente que el stress post traumático sea tan grave y tantos excombatientes de vietnam se hayan suicidado o desencadenado una matanza ya de vuelta a su hogar. Y, sobre todo, cuando uno no ve al enemigo como diferente, a pesar de toda la propaganda del sistema.

Netflix cuesta unos 6 dólares en su abono básico y yo lo recomiendo como una muy buena alternativa a los medios que asquerosamente gobiernan la vida de tantas personas en base a mentira, tergiversación, exageración e invisibilización. Hace años que cancelé cablevisión, cansado de estafas, sobreprecios, manipulación y mentiras.

Esteban Cámara

El show de la "realidad"

En las últimas semanas he ido un par de veces a una pizzería que hace una comida increíblemente rica y accesible. En ambas ocasiones estaban viendo TN: la mujer, que maneja la caja, absorta en la pantalla, pero su marido, el pizzero no le presta mayor atención.

En ambos casos fue durante el horario central y allí el noticiero, como siempre en ese medio, daba truculentas "noticias" sobre el gobierno anterior. 

En el primero de ellos, decían que Cristina estaba según ellos a punto de ir presa por una cosa "terrible". La mujer de la pizzería, como en estupor, parecía no entender si la que iba a ir presa, según el show, era la ex presidenta o si la ex presidenta iba a mandar preso al fiscal. Preguntaba a su marido el que le respondía, cortante, según la lógica comunicacional (o sea, lo que algunos ensalzan como "sentido común"). Vale decir que nada de lo anunciado por el show llegó a  ocurrir.


En la última ocasión, el noticiero denostaba a un recientemente renunciado juez conocido por poner tras las rejas a infames genocidas de la última dictadura. Habían mandado un drone a sobrevolar-acosar la casa del magistrado, tildada de "mansión", mientras el tono de voz del locutor era de horror. Hablaba de que el ex-magistrado estaba sospechado de cosas "graves", que no mencionaba. Y como había renunciado sin afrontar el proceso (a la sazón, una denuncia de 7 años atrás que había sido desestimada en ese momento y que era ahora reflotada porque el magistrado molestaba al gobierno actual), daban a entender que era culpable. Según lo manifestado por el propio juez, ya en condiciones de jubilarse, había renunciado para hacerlo y porque sabía de la enemistad manifiesta que le profesaban la mayoría de los miembros del organismo que evalúa a los jueces, seleccionados por sectores afines al establishment y dominado por el actual gobierno.


Son así los medios de comunicación del poder corporativo argentino: contínuamente están vertiendo veneno en el oído de su público, acusaciones terribles. Viajes de lavado de dinero que se demostró que no ocurrieron, ex amantes que no eran tales, bolsos de dinero que en realidad era uno sólo y que además nadie abrió ni supo cual era su contenido, bóvedas cuya puerta abría hacia adentro (cosa imposible), excavadoras que hacen pozos en la nada frente a las lentes de la cámara que transmite en vivo en horario central.

Uno de los casos más emblemáticos fue el de Antonini Wilson, un empresario venezolano al que se le descubrieron 800.000 dólares en un bolso en el aeropuerto. El hombre al ser puesto en evidencia dijo que era plata que Chávez le mandaba a Cristina Fernández para la campaña electoral. La guardia de aduanas que "encontró" el bolso, una bella joven con deseos de convertirse en modelo o vedette televisiva, al poco tiempo renunció al servicio para dedicarse a su verdadera vocación. Su éxito, a excepción de los primeros tres meses del escándalo en los que se paseó por medios televisivos, radiales y gráficos mostrando el cuerpo, fue inexistente. El empresario contrabandista, al que jamás se el encontró el menor vínculo con el fallecido General Chávez y sí numerosas estafas y avivadas en las inmediaciones de EEUU, ahora vive en Miami protegido por los servicios de inteligencia yanquis. Raro para un agente chavista. Además de todo esto, que huele a opereta montada por y para la televisión, resulta muy extraño, hasta ridículo, que un presidente le mande a otro político cuyo partido está gobernando una gruesa suma de dólares en un bolso por vía aérea, Sin embargo si uno le pregunta a un argentino por Antonini Wilson, seguramente le dará todos los detalles del caso, convencido de la veracidad del brulote que instalaron los medios.

Lamentablemente, la mayoría de la población les da crédito a esos medios. Evidentemente el sistema cultural de la hegemonía burguesa le ha instalado una especie de "cerradura virtual" a la subjetividad de muchísimas personas: Todo lo que emiten los medios del poder corporativo, que ataca a determinados sectores o porta la ideología de los patrones, es automáticamente creído. Ya no importan, para ciertas personas, las ochocientas veces anteriores en las que tan descaradamente les mintieron o la falta de verosimilitud y de pruebas, el exceso de adjetivos (desconfíe si cada frase trae más adjetivos que sustantivos y verbos). Y de la misma manera reproducen las mentiras entre sus amigos, compañeros de trabajo y familiares, incluso, votan según el show de la "realidad".

Al par de todas estas operetas, las políticas del gobierno actual hacen que los sueldos de los trabajadores se devalúen dramáticamente, el desempleo aumente, las tarifas se vayan por las nubes, la educación y la investigación estén recibiendo estocadas mortales y los planes de salud y ayuda social a la población más vulnerables se vayan desmantelando, mientras los ricos son beneficiados con bajas de imposiciones y los artículos suntuarios o importados sean abaratados.

Pero, en realidad, lo que quería contar es un sueño que tuve hace un par de noches. Era bastante extraño porque era como si mirara un documental y al mismo tiempo estuviera adentro de él. 

El documental mostraba una calle devastada, seguramente inspirada en lo que vemos de Siria o de Libia o de cualquier otro pobre pueblo en donde haya posado sus garras el asesino yanqui. Sin embargo, se trataba de Buenos Aires y la mayoría de los edificios estaban destruidos como si cien atentados a la AMIA hubieran ocurrido todos juntos. Al mismo tiempo, las imágenes recordaban vagamente a la Argentina del estallido social del neoliberalismo, año 2001. 

Al meterme en ese extraño show, no ya mirando sino caminando por la calle porque los escombros impedían transitar las veredas y llegaban casi hasta el centro de las calzadas, yo leía los títulos del "documental", como si fueran placas de metal amuradas a ciertos fragmentos de las paredes, aquellos que todavía se mantenían en pie. Esas placas eran parecidas a las que había hace algunos años en nuestras ciudades y que indicaban los nombres de las calles, sólo que, a medida que uno se internaba caminando en el desastre como si fuera el travelling inicial de la película, iban dando los títulos de la misma. El primer título, en una placa blanca con letras azul oscuro o negro, decía AUSPICIADO POR CLARÍN. Luego seguían otros auspiciantes, grandes empresas, pero el único cuyo nombre recuerdo es ése.

No alcancé a caminar más que unos 70 metros, pisando pequeños fragmentos de mampostería que hacían 'cric', pero el panorama de desolación seguía hasta donde llegaba la vista. Los árboles de esa calle ya sólo eran esqueletos de ramas grisáceas, desnudas de cualquier recuerdo de verde y no se veía apenas gente.

Al despertar, bastante consternado, no tardé en sentir una gran confusión: ¿el material era un documental y por lo tanto representaba el pasado ... o presagiaba el futuro? Bueno, el pasado ya lo vivimos y no hace tanto.

Depende de nosotros, pueblo argentino, que no sea ese nuestro futuro.




Esteban Cámara
Santa Fe, octubre de 2016