Noche de sueño casi buena, si no fuera porque a eso de las 5 de la mañana escucho un ruido muy suave de ruedas, un golpe a continuación como un puf! y luego ruido de llamas. Miro por la ventana y veo llamaradas en la vereda o enfrente de la casa de al lado. Al rato se van atenuando así que me vuelvo a acostar.
Me levanto 9.45 y desayuno normal completito, sólo que sin café expresso esta vez. Ayer se rompió mi vieja Saeco Vía Veneto, luego de casi ocho años de abnegado servicio. Hace un tiempo me lo venía esperando. En vez de café, leche con una barrita de chocolate para taza.
Para el almuerzo, Martín hace unos espaghettini con salchichas.
A la siesta voy a sacar al cajero y le llevo a Vanina la plata de Irina.
Después vamos todos a buscar a Surlis y al llegar pido una pizza de hamburguesas y unas empanadas. De postre comemos tiramisú.
Novedades de la pandemia
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Recuerde que el conteo mío de la cuarentena tiene 4 días más que la cuarentena del país. Porque sí.
Esteban Cámara
Esteban Cámara
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