miércoles, 21 de agosto de 2013

La enema invertida

Recién estuve en una cerrajería cerca de media hora para que me hagan unos trabajos. El cerrajero y la esposa se gritaban barbaridades por cualquier pavada. ¡Adónde me dejaste la llave!, ¡Ahí, no ves!, y así todo el tiempo. 

Estaban viendo TN, yo calculo que la cantidad de mierda vertida por esa pantalla en esos 30 minutos alcanzó una tasa superior a 3,5 soretes por minuto. 

Yo hace muchos años que no miro esas fuentes de basura. Es más, ni siquiera tengo cable desde hace medio año, debe ser por eso que estoy tan bien de ánimo, tan contento. Mandan un bolazo atrás del otro, conjeturas al mango, pruebas inexistentes, prejuicios y pseudo relaciones sin el menor vínculo objetivo. 

En general, por vaya a saber qué influjo, en hoteles, negocios varios, restaurantes y otro sitios de afluencia de público se suele consumir TN.

Hace no mucho conocí por breve tiempo a una persona que se deleita con ese tipo de medios y tiene el comportamiento que se espera de ello. En un momento dado, ante un problema menor, estalló en un ataque histérico de ira, algo totalmente desproporcionado. Nunca, jamás en mi vida me insultaron tanto, tan profunda y descalificatoriamente. Yo si llego a ver a esa persona por la calle huiré automáticamente, máxime en caso de verla portando algún objeto contundente.

Yo creía que aquellas adhesiones a medios de comunicación oligárquicos eran puramente ideológicas o de clase, pero estoy empezando a dudarlo. Empiezo a pensar que hay mucho del carácter de las personas y de sus frustraciones y fracasos existenciales detrás de las elecciones político-comunicacionales de cada uno. De alguna manera se han metido en una rueda de odio, desconfianza y prejuicio. "Necesitan" odiar y consumen todo aquello, todo medio y todo 'relato' que les dé motivos para acrecentar su nivel de ira. 

Si sos seguidor de esos medios te propongo que por unas semanas dejes de verlos. Yo sé que te va a costar, como cuesta dejar el cigarrillo y/u otros venenos. Pero vas a ver que te vas a sentir mejor, más tranquilo y reflexivo, la vida va a tener mejor color, tu mente va a estar más libre y ágil, tus pensamientos van a ser más profundos y completos y vas a poder disfrutar más de la música y el buen cine.

Esas emisiones son una verdadera enema de sentido inverso, en directo desde los intestinos al cerebro.





Esteban Cámara
Santa Fe, 21/08/13

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