viernes, 28 de junio de 2019

Maquiavelo y el populismo

Maquiavelo (Florencia 1469 - Florencia 1527), el primer cientista social realista, ha sido tremendamente demonizado por la iglesia católica y en la cultura occidental. En lo que respecta a la iglesia, ha sido hasta acusado de complotar con los ejércitos alemanes que invadieron Roma en el siglo XVI, acusación que carece de todo sustento.
Las líneas que siguen dan por tierra con la connotación demoníaca dada al término 'maquiavélico' y también prefiguran un acercamiento a la obra posterior del mismo autor "Discurso sobre las décadas de Tito Livio", alejando a Maquiavelo de la idea de un cultor de la crueldad y de la monarquía y dejándolo más cerca de lo que plantearía favorable a la forma republicana de gobierno en el 'Discurso'.
A continuación el texto original traducido, el resaltado corre por mi cuenta.
 
El Príncipe, Cap. IX de Nicolás Maquiavelo

Veamos el segundo modo con que un particular puede hacerse príncipe sin valerse de crímenes ni violencias intolerables. Es cuando, con el auxilio de sus conciudadanos, llega a reinar en su patria. Pues bien, llamo civil a este principado. 
... 
Pero digo que no se eleva uno a esta soberanía sino o con el favor del pueblo o con el de los grandes
...
El que consigue la soberanía con el auxilio de los grandes se mantiene con más dificultad que el que la consigue con el del pueblo; porque siendo príncipe, se halla cercado de muchas gentes que se tienen por iguales con él, y no puede mandarlas ni manejarlas a su discreción.
Pero el que llega a la soberanía con el favor popular se halla sólo en su exaltación; y entre cuantos le rodean, no hay ninguno, o poquísimos a lo menos, que no estén prontos a obedecerle.
Por otra parte, no se puede con decoro, y sin agraviar a los otros, contentar los deseos de los grandes. Pero contenta uno fácilmente los del pueblo, porque los deseos de éste tienen un fin más honrado que el de los grandes, en atención a que los últimos quieren oprimir, y que el pueblo limita su deseo a no ser oprimido.
Añádase a esto que, si el príncipe tiene por enemigo al pueblo, no puede estar jamás en seguridad; porque el pueblo se forma de un grandísimo número de hombres. Siendo poco numerosos los magnates, es posible asegurarse de ellos más fácilmente. Lo peor que el príncipe tiene que temer de un pueblo que no le ama es el ser abandonado por él; pero si le son contrarios los grandes, debe temer no solamente verse abandonado, sino también atacado y destruido por ellos; porque teniendo estos hombres más previsión y astucia, emplean bien el tiempo para salir de aprieto, y solicitan dignidades al lado de aquel al que esperan ver reinar en su lugar.
Además, el príncipe está en la necesidad de vivir siempre con este mismo pueblo; pero puede obrar ciertamente sin los mismos magnates, supuesto que puede hacer otros nuevos y deshacerlos todos los días; como también darles crédito, o quitarles el que tienen, cuando esto le acomoda.
...
Un ciudadano hecho príncipe con el favor del pueblo debe procurar conservarse su afecto; lo cual le es fácil porque el pueblo le pide únicamente el no ser oprimido. Pero el que llegó a ser príncipe con la ayuda de los magnates y contra el voto del pueblo, debe, ante todas cosas, tratar de conciliársele; lo que le es fácil cuando le toma bajo su protección. Cuando los hombres reciben bien de aquel de quien no esperaban más que mal, se apegan más y más a él. Así, pues, el pueblo sometido por un nuevo príncipe que se hace bienhechor suyo, le coge más afecto que si él mismo, por benevolencia, le hubiera elevado a la soberanía. Luego el príncipe puede conciliarse el pueblo de muchos modos; pero éstos son tan numerosos y dependen de tantas circunstancias variables, que no puedo dar una regla fija y cierta sobre este particular. Me limito a concluir que es necesario que el príncipe tenga el afecto del pueblo, sin lo cual carecerá de recurso en la adversidad.
...

¡Ah!, no se crea impugnar la opinión que estoy sentando aquí, con objetarme aquel tan repetido proverbio «el que se fía en el pueblo, edifica en la arena». Esto es verdad, confiésolo, para un ciudadano privado, que, contento en semejante fundamento, creyera que le libraría el pueblo, si él se viera oprimido por sus enemigos o los magistrados. En cuyo caso, podría engañarse a menudo en sus esperanzas, como esto sucedió en Roma a los Gracos y en Florencia a maese Jorge Scali. Pero si el que se funda sobre el pueblo es príncipe suyo; si puede mandarle y que él sea hombre de corazón, no se atemorizará en la adversidad; si no deja de hacer, por otra parte, las conducentes disposiciones, y que mantenga con sus estatutos y valor el de la generalidad de los ciudadanos, no será engañado jamás por el pueblo, y reconocerá que los fundamentos que él se ha formado con éste, son buenos.

Estas soberanías tienen la costumbre de peligrar, cuando uno las hace subir del orden civil al de una monarquía absoluta, porque el príncipe manda entonces o por sí mismo o por el intermedio de sus magistrados. En este postrer caso, su situación es más débil y peligrosa, porque depende enteramente de la voluntad de los que ejercen las magistraturas, y que pueden quitarle con una grande facilidad el Estado, ya sublevándose contra él, ya no obedeciéndole. En los peligros, semejante príncipe no está ya a tiempo de recuperar la autoridad absoluta, porque los ciudadanos y gobernados que tienen la costumbre de recibir las órdenes de los magistrados, no están dispuestos, en estas circunstancias críticas, a obedecer a las suyas; y que en estos tiempos dudosos carece él siempre de gentes en quienes pueda fiarse.

Semejante príncipe no puede fundarse sobre lo que él ve en los momentos pacíficos, cuando los ciudadanos necesitan del Estado; porque entonces cada uno vuela, promete y quiere morir por él, en atención a que está remota la muerte. Pero en los tiempos críticos, cuando el Estado necesita de los ciudadanos, no se hallan más que poquísimos de ellos. Esta experiencia es tanto más peligrosa cuanto uno no puede hacerla más que una vez; en su consecuencia, un prudente príncipe debe imaginar un modo, por cuyo medio sus gobernados tengan siempre, en todo evento y circunstancias de cualquier especie, una grandísima necesidad de su principado. Es el expediente más seguro para hacérselos fieles para siempre.

Un aspecto importante de lo expresado hace hincapié en la nobleza y desinterés del pueblo, en contraposición con los desplantes y demandas egoístas de los aristócratas. Pero más importante todavía es que Maquiavelo pone énfasis en la necesidad de que el príncipe sea alguien con el corazón en el pueblo y capaz de mantener su afecto. No el temor, fíjese qué notable. El afecto.
Otro concepto, tal vez más importante aún, es aquel que expresa que los aristócratas son descartables, mientras que el pueblo ... el pueblo siempre va a existir. Por eso el fundamento de los principados civiles, es atender a las necesidades del pueblo. Y la única forma de no equivocarse en cuanto a ellas, es preguntando al mismo  pueblo. Esa pregunta fundante, precisamente, es el populismo.



Esteban Cámara
Santa Fe, 27 de junio de 2019



miércoles, 26 de junio de 2019

Sobre el sobrentendido

En los grupos de trabajo que he integrado generalmente trato de poner en claro las responsabilidades y metas de cada uno. Es más en eso suele consistir la mayor parte de mi trabajo.
Pero en algunos entornos, particularmente los que tienen que ver con el trabajo social, los demás participantes suele esquivar esa especificación expresando “se sobrentiende”. Se sobrentiende lo que cada uno tiene que hacer. En el mejor de los casos, mi experiencia muestra que la premisa puede funcionar, pero sólo hasta que ocurre alguna situación ligeramente anómala.
En el caso del trabajo social, es algo lógica cierta necesidad de indefinición por la naturaleza relativamente mutable, extensiva o poco definida de las problemáticas presentadas ante los equipos o individuos de intervención. No obstante esa variabilidad, esa mutabilidad, esa indefinición, casi siempre deberá abordarse mediante un menú bastante acotado (y parece acotarse cada vez más) de acciones públicas a disposición de los asistentes. O sea que, algo podríamos especificar respecto del entendido, dejar de sobrentender, al menos desde el punto de vista de los abordajes posibles. 
Aclaraciòn: creo importante reafirmar la necesidad del abordaje de las problemáticas por parte de equipos interdisciplinarios.
Volviendo al tema principal, el sobrentendido es definido por la RAE como “Entender algo que no está expreso, pero que no puede menos de suponerse según lo que antecede o la materia que se trata”. Es bastante claro que entender lo que no está expresado, es lo que se define como suposición. O sea, en un ambiente en donde rige el sobrentendido, lo que en realidad ocurre es que cada actor se maneja según lo que su particular subjetividad supone que se deriva de los antecedentes o la materia de la que se trata.
En cuanto a la forma lingüística del término podemos interpretar que sobrentendido trata de lo que cada persona sobre/entiende, o sea que al sobrentendido podríamos considerarlo como una especie de significante individual que parece particularmente improbable de expresar en un entendido colectivo. O sea, el sobrentendido está sobre, no es, el entendido. No es el entendido sino que está sobre él, está en otro plano. Esto presenta una similitud, al menos morfológica, con el concepto de signo en Lacan: El significante está sobre el significado, aunque desplazado de tal manera que debajo del significante … no hay nada.
¿Y por qué el sobrentendido no puede (o no quiere) ser expresado por el sujeto? De ser un significante, debería responder a un entorno previo de significación o sistema de referencia, por lo que esto representaría una paradoja, dado que el significante debe poder expresarse (¿tiene sentido un significante que no puede expresarse?) y el sobrentendido parecería que no.
Para solucionar los problemas derivados del sobrentendido en los equipos de trabajo, sugiero que los organizadores o planificadores que existan en estos equipos (ya sea esta función explícita o sobrentendida), periódicamente traten de facilitar la reflexión colectiva o puesta en común, en el seno de los equipos (tal como recomendáramos: interdisciplinarios), acerca de los sobrentendidos disonantes (divergentes o diferentes, en la medida en que causen situaciones incòmodas en los integrantes) que puedan aparecer respecto de las respuestas de los distintos elementos del grupo de asistencia en las distintas situaciones.
El objetivo de estas reuniones no sería tratar de forzar una definición taxativa de las funciones de los integrantes del equipo sino de poner en común los diferentes significantes respecto del entendido.


Esteban Cámara
Santa Fe, 26 de junio de 2019

lunes, 24 de junio de 2019

Carta abierta a mi vecino macrista

Yo sé que vos decís que preferís estar peor con tal de que no vuelvan los k al gobierno, con tal de no verla a la yegua dar sus discursos con el dedito en alto, ¿pero te parece que el país puede soportar otros cuatro años de endeudamiento, tarifazos, desocupación y pobreza?

Yo te aseguro que para el 2021, a más tardar, van a volver los saqueos, los piquetes a cada rato, los muertos en las calles peleando por un paquete de fideos, los comerciantes llorando porque los saquearon, los pibitos llorando de hambre…

No me creiste en 2015 cuando te decía de los tarifazos, de la desocupación, de la pobreza, del hambre, de las jubilaciones. Y pasó. Todo eso pasó.

Hoy no te voy a hablar de solidaridad, ni de derechos humanos. No te voy a hablar de nada que tenga que ver con conciencia social. Yo sé que a vos esas cosas no te van ni te vienen. Vos decís ser un buen ciudadano porque no robás (bueno, alguna cosita podría hablar yo al respecto pero quedate tranquilo que no soy botón, tampoco ciego), porque trabajaste, porque nadie te regaló nada, porque lo poco que tenés lo hiciste trabajando. Yo también, pero no importa.

Te lo planteo exclusivamente desde una óptica individual. Saquemos del escenario el análisis de lo social. Vos tenés esposa, hijos, nietos y pensás que podés (pueden) tolerar estar un poco peor. De hecho ya lo estuviste, en el 2001. Y no se murió nadie. Bueno, nadie que conozcas. Está bien.

Pero mirá vos si este 2021 (o 2020 o 2022) de seguir Macri, no tienen tanta suerte. Mirá si justo tu nieto, o tu hija, o tu esposa o vos, van por la calle y se arma un saqueo. A mí me pasó en 2001 cerca de nuestro barrio, a menos de veinte cuadras. Iba en la moto y vi cerca de un centenar de personas con palos cerca del supermercado, juntándose, preparándose. Despues fueron unas cuadras más al este y saquearon a otro super. Hubo disparos, corridas y gases. No murió nadie, pero de casualidad. Pude haber muerto yo, que solamente pasaba. Me puede pasar de nuevo de seguir esta espiral de endeudamiento y empobrecimiento. Pero también te puede pasar a vos, a tu esposa o a tu hija o a tu nieto.

Viste, no te hablé de derechos humanos, eso que tanto te jode. No te hablé de lo social. Podés sufrir algo horrible vos o alguien de tu familia de seguir esta política. Ya ha pasado. Puede morir alguien de los tuyos, o algún vecino. Alguien que conozcas.

Hoy no te voy a decir que pienses en los otros. No votes a Macri. Pero por vos.



Esteban Cámara
Santa Fe, junio de 2019

miércoles, 19 de junio de 2019

Las razones de un resultado

Elecciones del 16 de junio de 2019
El resultado de las elecciones provinciales de Santa Fe lleva a un cambio de gobierno luego de 24 años continuados de un frente con eje en el anteriormente denominado partido socialista popular y paralelamente, marca el consiguiente retorno del peronismo al comando del ejecutivo provincial.
Primero deberíamos decir que doce años de gestión son bastantes, no es tan malo el desempeño teniendo en cuenta el desgaste en el gobierno. Incluso, luego de un descenso no particularmente pronunciado pero sí sostenido en cuanto al caudal de votos (2007: 48.6%; 2011:38.6%; 2015: 30.6%; 2019: 36.4%), con la excepción de 2019, en donde hay un ligero repunte (del cual ya vamos a ver una posible causa), pero que no alcanza a evitar la derrota a manos del peronismo ni tampoco llega a igualar (aún acercándose bastante) a la performance de 2011.
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Siempre respecto de la elección a gobernador y analizando los resultados de las Primarias Abiertas versus las Elecciones generales, gracias a la iniciación y participación fundamental de mi sobrina Florencia Ruben, obtenemos como base la siguiente estadística:
Elecciones 2019 Santa Fe
PASO Generales  Diferencia
Juntos (PJ y otros)           704.168           738.936            34.768
FPCyS (PS y otros)           510.445           662.596         152.151
Cambiemos (Pro-Radicales y otros)           322.935           345.654            22.719
Frente de Izquierda Trabajadores              37.165
Nueva Izquierda              25.956
Alternativa Federal              23.686
Espacio Grande              20.314
Total        1.644.669        1.747.186         102.517

En primer lugar, resulta bastante llamativo el incremento registrado por el FPCyS entre las generales y las PASO, significativamente superior al de sus otros dos contendores en las generales (casi el triple de los otros dos partidos, sumados). Este resultado creo que se puede explicar por haber 'heredado' el FPCS los votos del FIT, Nueva Izquierda y Espacio Grande, tres grupos de izquierda tradicionalmente refractarios al peronismo (así como hay otros que son aliados naturales del ala izquierda de este movimiento), mientras que podemos asignar los 23.000 votos de Alternativa Federal a Juntos (peronismo y aliados). Suponiendo que fueron correctas las suposiciones anteriores, los votos 'nuevos' (100.000, aproximadamente) tuvieron como destino, en un 70%, al FPCS, 20 % a Cambiemos y un 10% a Juntos.
Una de las hipótesis que creo que se va a convocar para explicar el magro resultado de la alianza Cambiemos en estas elecciones, es la polarización entre Juntos y FPCS. Pero, a mi juicio, esta desastrosa elección del partido de gobierno nacional y municipal no se puede atribuir a la polarización, dado que desde un primer momento las encuentas de todo origen dieron perfectamente el 'tono' del resultado final (entre 16 y 20%). No es que los votos se fueron 'fugando' hacia los posibles ganadores al conocerse que iba a ser una elección de sólo dos posibles ganadores. Los votos originales de la fórmula cambiemita prácticamente se mantuvieron (pudo haberse ´fugado´ un uno o uno y medio por ciento, no más). No, como probablemente se verifique en las próximas elecciones nacionales, han sido las políticas nacionales de Macri - Cambiemos las que pueden explicar perfectamente esta debacle radical-cambiemita.
Volviendo al tema principal y conociendo la historia política santafesina, por otra parte, no debería llamar la atención la monopolización de los votos 'nuevos' o 'heredados', conjuntamente, por parte del FPCS (de ese conjunto, el 73% fue al FPCS, 16% a Juntos y 11% a Cambiemos): La clase media santafesina de cualquier orientación ideológica suele ser refractaria al peronismo, mostrando un gorilismo cultural que es casi una marca de nacimiento. Ante la polarización, los votos no alineados suelen ir a parar al adversario del peronismo, cualquiera sea éste. Recordemos que Cambiemos no era considerado 'voto útil' por aquello ya expresado de resultados PASO + encuestas, por lo que no era un atractor del voto antiperonista en esta coyuntura en particular.

2007-2019 Estrategias de gestión: Gobiernos con eje en el marketing versus gobiernos con eje en las políticas públicas
¿Cómo se posicionó estratégicamente el FPCS como gestión de gobierno? Desde un primer momento, 2007, las nuevas autoridades provinciales mostraron una desconfianza supina en la planta de empleados permanente de la provincia.
Una anécdota personal puede explicar algo la situación: A los pocos días de asumir la nueva gestión en diciembre de 2007, al salir por la tarde de trabajar en casa de gobierno, Santa Fe, me encontré con unos amigos de la infancia, militantes radicales hijos de un caudillo radical. Estaban exultantes, pero me manifestaron claramente, algo así como '...no sé que van a poder hacer los nuevos funcionarios con esta manga de peronistas', haciendo referencia a los empleados públicos. Ese análisis era totalmente equivocado, porque en mis varias décadas como empleado público no pude encontrar el menor fundamento para asumir que la componente ideológica o partidariamente peronista de los agentes públicos sea mayor a un veinte, a lo sumo un veinticinco por ciento.
Ese sentimiento de distanciamiento del grupo de personas que asumía el gobierno respecto de la planta de empleados se expresó como desconfianza con los dictámenes, puenteo de las estructuras administrativas existentes, etc. Se desestimaron las instancias de control, fundamentalmente, y también las de administración, creando estructuras paralelas a cargo de personal recién llegado al que los funcionarios de gobierno adjudicaron una fidelidad, dada su suposición de inexistencia de la misma en el caso de los empleados 'viejos'. Uno de los problemas asociados a esto, no el mayor, es el aumento desmesurado del personal estatal. Otra característica asociada a la gestión material es la triplicación (o superior) de la cantidad de cargos políticos, creando áreas previamente inexistentes como las áreas político-jurídicas, instancias de decisión en un apartado que hasta ese momento se había considerado como predominantemente técnico, entre otras
Pero la principal manifestación de la estrategia de gobierno, dentro de muchas posibles, es la orientación principal al marketing, a la imagen. Se crearon o sobre-dotaron las áreas de fotografía y filmación, prensa y demás, haciendo correr en paralelo jugosas pautas a la prensa amiga. Y eso por sobre la mesa, tengo la particular intuición de que por debajo de la tabla fluyeron gruesos sobres con fondos vaya a saber de qué origen.
Como profesional especialista en políticas públicas, sumado al hecho de haber sido, efectivamente, militante peronista opositor a las agrupaciones ligadas al partido de gobierno en la política universitaria (militancia que no hubiera debido tener nada que ver dada mi condición de profesional de la planta administrativa), mi asignación de tareas se vio bastante perjudicada en un gobierno para el cual las políticas públicas pasaron a ser secundarias o menos y el casi único interés de los funcionarios de gobierno es la imagen y lo que diga de ellos la prensa.
Este aspecto es, a mi juicio, el principal defecto y explicación de la derrota de estos días. Por supuesto que un gobierno no puede descuidar la imagen, o la búsqueda de aliados o 'empleados' en la prensa, pero tampoco debe darle un lugar central, excluyente.
Las políticas públicas son las acciones (incluyendo su motivación, su particular diseño y, primariamente, su forma de ejecución) que lleva a cabo un gobierno, aquellos dispositivos por los cuales el estado cobra sentido en su relación con la sociedad. Las obras públicas (para el caso, los hospitales construidos), son simplemente la estructura física, una especie de entramado al estilo de los órganos óseos de un vertebrado. Pero ese 'esqueleto' sólo cobra sentido en el sentido de permitir, de hacer fluir, de dar lugar a esas acciones de gobierno por el cual el estado regula, asigna, desarrolla, repara y administra (o no lo hace, creando un vacío de significado) las relaciones de la comunidad: individuos, empresas, ONG's y las agencias propias y les asigna, a esas acciones y a sí mismo, un determinado sentido. En lo posible, un sentido coherente con la ideología del o los grupos gobernantes.
Podemos mencionar muy pocas políticas que se hayan plasmado positivamente en el accionar del estado santafesino en estos años: El plan Abre, las políticas culturales, poco más.
En la salud pública, más allá de la construcción de varios elefantes blancos, el déficit de gestión es enorme y se evidencia mediante un síntoma dramático: Algunos efectores de salud se han 'botonizado', requiriendo un funcionamiento casi policial para evitar las agresiones de la gente hacia el personal, agresiones cada vez más frecuentes que, a mi juicio, no son sino el resultado del destrato, las demoras, la violencia institucional con la que la desaprensión en las políticas de salud agrede a la ciudadanía más vulnerable.
Me refiero, por ejemplo, al Hospital Cullen, efector de salud en el que trabajé los primeros 11 mis 36 años de actividad pública. Ese nosocomio hoy ha sido convertido en un régimen prácticamente penitenciario con entrada regulada por uniformados al menos en el horario en el que lo visité allá por 2016, por la tarde. La situación de ese querido hospital, donde inicié mi actividad laboral formal, me hizo acordar más a cuando visitaba a mi hermana presa política en Villa Devoto, que a mi experiencia laboral hospitalaria de hacía un par de décadas.
Además de ello, y hablo por tener familiares y conocidos que se atienden en la salud pública, las demoras, las postergaciones y las atenciones por debajo del límite mínimo de dignidad están al corriente en los efectores públicos luego de 12 años de gobierno del FPCS.
En lo que hace a la policía la postura de la gestión saliente fue la permisividad con el autogobierno policial, lo que explica el descontrol y el grado de inepcia y corrupción de esa fuerza. 

El resultado del período
El ciclo de gobierno se inició con un superavit de 500 millones de dólares, superavit que pasó a ser déficit en sólo cuatro meses de gestión, según fuentes propias del ministerio de economía.
Por otra parte, el partido de gobierno anterior dejó el poder con un presupuesto de 900 millones anuales para obras sumados a que, a principios de 2008, el gobierno nacional instituyó el fondo de la soja, originado en las retenciones a las exportaciones de la oleaginosa que significó para la provincia otros 1.600 millones anuales, con cargo a obras públicas exclusivamente. Lo primero que hizo la gestión de gobierno fue licuar el presupuesto de obras públicas previo y construir exclusivamente en base al nuevo fondo. El fondo de la soja fue dejado sin efecto por Macri en 2018.
Al parecer, ese presupuesto de obras que 'desapareció' fue destinado a financiar al amiguismo periodístico y a la superpoblación de estructuras y agentes públicos que los funcionarios rosarinos imaginaron y efectivizaron para subsanar aquella supuesta resistencia de la 'manga de peronistas' que creyeron encontrar enquistada en las estructuras del estado.
A pesar de las épocas de bonanza económica vividas en el país, particularmente entre 2008 y fines de 2013 (fecha del primer golpe de mercado efectivo contra el gobierno nacional de entonces) ese buen momento financiero no se tradujo en el desarrollo de políticas y proyectos de gobierno. Por esto, viendo la carencia de un componente importante y asertivo de políticas públicas, a pesar de la disponibilidad de financiamiento, se puede calificar a estos doce años de gestión del FPCS como la década perdida en la administración santafesina.
Burocracia partidaria
En un artículo reciente de Paul Krugman se caracterizaba a la gestión republicana Trump como la típica burocracia partidaria, por la desconfianza y destrato de los funcionarios del partido y del gobierno respecto de los profesionales no partidarios, altamente formados y de prestigio independiente.
La misma actitud se pudo verificar, oh sorpresa, en los funcionarios de la gestión del FPCS respecto de los más experimentados especialistas y posgraduados que encontraron en el estado provincial santafesino.
En lo particular pude apreciar que, luego de cada intento de colaboración, al surgir de mi parte el más mínimo cuestionamiento respecto de las instrucciones o deseos de las autoridades, ya los funcionarios dejaban de consultarme y era apartado de los temas que llevaba. Un caso bastante risible me ocurrió al desempeñarme como responsable de control de gestión en la unidad provincial del plan nacional Nacer, en donde en una reunión en la que yo informaba el grado de avance de los resultados de la unidad en cuanto a las metas fijadas, uno de los funcionarios políticos me censuró agriamente diciéndome que yo 'tenía que darles los números y no andarles diciendo lo que se hacía mal´. Esa última era precisamente la función de control de gestión. En definitiva, ante la incomprensión y /o censura de lo que era por naturaleza mi rol, con otros ejemplos que no quiero contar para no aburrir, opté por irme de la función.
Lo mismo me relataron otros muchos profesionales de alta formación. Un colega y amigo me confió que a los pocos meses de iniciado el ciclo de gobierno uno de los funcionarios le intentaba hacer decir por todos los medios que lo que había antes era un desastre y que ellos estaban 'salvando el día'. Al contestarle el profesional que lo de antes era malo pero que lo de ahora lo estaba empeorando fue dejado de lado por completo y no lo dejaron participar de ninguna actividad laboral a excepción de lo que ya era mayormente su rutina.
En algunos casos sé de funcionarios que llegaron al extremo de pedirle al personal de planta la confección de un 'paper' y luego presentarlo a su nombre y omitiendo a los verdaderos autores (D. de Farmacia y Bioquímica, ca. 2009). En mi caso, luego de desarrollar un organigrama organizacional en el Ministerio de la Producción con la colaboración, recién al final, de una asesora, el ministro presentó la estructura adjudicándole la autoría de la misma a esa persona, desconociendo a quien había realizado el 70-80% del trabajo.

Coda
Como ejemplo de la actitud despreciativa hacia el personal estatal del partido al cual le quedan pocos meses de gobierno provincial, debo contar una anécdota que se remonta a mediados de diciembre de 2015. Caminaba el que suscribe por las inmediaciones de la casa de gobierno a los pocos días de asumir el tercer período (gobierno de Lifschitz) cuando me encuentro con Mariano, un conocido de mis sobrinos. Ante la pregunta de mi interlocutor sobre mi trabajo no puedo evitar decirle "... y... trabajando, poco, como desde que entraron éstos". Al decir esas palabras algo me llama la atención: Pasa por al lado mío un veterano trajeado, destinándome una evidente sonrisa burlona, gozando manifiestamente de mi disgusto con la situación. Era el flamante ex diputado y nuevo asesor de gabinete del gobierno de Lifschitz, un político añejo famoso por su acre gorilismo y escasa capacidad de empatía: J. C. Zabalza.





Esteban Cámara
Santa Fe, junio de 2019

lunes, 17 de junio de 2019

Peronia

En los últimos tiempos ha aparecido una palabrita en el lenguaje político argentino: Peronia. Peronia vendría a ser un país 'ficticio' en donde los trabajadores creen tener derecho a comprar auto, casa, celular y viajar de vacaciones. O tener derechos a secas, bah.
Los postuladores de este principio, suelen argumentar que Argentina tenía mejor producto bruto en 1910 que países hoy desarrollados como Nueva Zelanda y Australia y la única explicación que encuentran a las inversión de la ventaja que se observa actualmente, es la aparición en Argentina del Peronismo, en 1945 (nunca reparan en qué pudo haber pasado en ese intermedio de 35 años). 
Entonces, hablan de "setenta años de peronismo", obviando que el período incluye 18 años de proscripción del peronismo, más los 8 años de la última dictadura militar que implantó un sistema económico neoliberal, sumado a que el radicalismo gobernó 10 años y hay otros 10 años neoliberales, aunque con la foto de Perón y Evita detrás de los palcos oficiales.
Para una persona formada políticamente, el signo político no deviene de las fotos, de los escudos o de las canciones, sino del contenido de las políticas públicas. Todas esas salvedades nos dejan los "setenta años" reducidos a sólo veintidós (menos de un tercio).
Más allá de esta disonancia numérica, los adeptos al argumento (anteriormente denominados 'gorilas') manifiestan que por culpa del peronismo los trabajadores (o pobres, o 'negros', como suelen decirles también) se acostumbraron mal. Se acostumbraron a tener vacaciones, poder adquirir viviendas o autos con ayuda del estado y cosas por el estilo. O sea, el peronismo sería 'culpable' de haberle inculcado a toda la gente la idea de que eran sujetos de derecho, no sólo los de clase media o alta: ¡También los 'negros'!
Una variante de este pensamiento es la teoría del valor de las commodities, que dice que los gobiernos peronistas llegan en momentos en que las commodities argentinas tienen un precio alto. Esto es gracioso, porque parece que el valor alto de las mismas siempre, y sólo, se verifica cuando al país lo gobierna el peronismo.
La debilidad principal, sin embargo, del argumento de 'Peronia, o la decadencia originada por los 'setenta años de peronismo' es que, al dar aumentos y derechos salariales, el peronismo mejoró el mercado interno, fortaleciendo la economía del país, favoreciendo la aparición de pymes y con ellas, la produción, el empleo y, lógicamente, el crecimiento económico. 
Esta mejora del rendimiento económico general se tradujo siempre en crecimiento del PBI y desendeudamiento externo, mientras que los en realidad mucho más frecuentes procesos neoliberales dejaron al país en crisis y desaforadamente endeudado. 
Por ejemplo: la dictadura militar 1976-83, septuplicó la deuda externa y cuando por fin se fue (dejando una herencia de terror represivo con decenas de miles de asesinados y desaparecidos), la industria nacional estaba destruída y la pobreza y la desocupación eran más notorias que la pasión futbolística de los argentinos que no se exiliaron.
Otro ejemplo es el estallido social de 2001, luego de otros doce años de neoliberalismo con marchita peronista de música de fondo. Ese año, murieron cerca de 40 personas en las calles, casi todos en manos de las fuerzas 'de seguridad' y los quebrantos y el hambre que dejó el período quedó grabado a fuego en mucha gente. Ah, y la colosal deuda externa hizo caer al país en la bancarrota.
La hipótesis de la derecha argentina es siempre que el país debe ser exportador de commodities, que es innecesario apostar por la ciencia y  la educación porque, total, no son necesarias para la producción de aquel tipo de producto. Que, entonces, las manufacturas deben importarse porque es más trabajo (o más costoso) producirlas aquí y la importación de las mismas posibilita que las 1000-2000 familias latifundistas puedan acceder a convenios que les eviten trabas a la hora de exportar sus granos y carne. O sea, es el mismo esquema que viene fogoneando el Mitrismo (y antes que él Rivadavia y, juntamente con ellos, la oligarquía terrateniente de la pampa húmeda) desde hace 150 años. Claro, el problema es que ése es un país para diez millones de argentinos, o menos. Entonces sobran otros treinta y cinco millones de personas...
Es bastante gracioso comprobar que, a pesar de la fobia que dicen los impulsores de la idea de Peronia que los mercados internacionales tienen al peronismo, cuando  se anunció la fórmula peronista Fernández Fernández, el riesgo país y el dólar, bajaron. Y mucho más aún mejoraron esos indicadores cuando se anunció que un 'peronista' (bueno, algo parecido), Pichetto, integraría la fórmula eleccionaria máxima del gobierno neoliberal.
Finalmente, llegamos a este presente luego de otros tres años y medio de neoliberalismo que ha llevado a una pobreza y desocupación galopante, con una ciudadanía que no estalla como en 2001 porque sabe que tiene una esperanza de cambio muy cerca, dentro de pocos meses.
No se extrañe nadie de que, si esa esperanza le es escamoteada al pueblo de alguna manera, el estallido finalmente se produzca. Y vaya a saber a qué costo.



Esteban Cámara
Santa Fe, junio de 2019

viernes, 14 de junio de 2019

Se los suplico

Para los que no me conocen personalmente, soy Bioquímico, con especializaciones en Gestión Pública, he estado becado en el extranjero en el tema y trabajo para la provincia de Santa Fe desde hace 36 años.
 
Les quiero hacer un pedido muy personal.
 
Desde 2008 no me dan trabajo acorde a mi formación y experiencia por el simple hecho de que no soy del partido de gobierno (P. ¿Socialista?), o afín a ellos (o soba, si lo prefieren) y tengo la maldita costumbre de que cuando veo algo que me parece mal, lo digo.
 
Me faltan sólo tres años para jubilarme y espero que en esos años el próximo gobierno me permita volver a dar todo lo que puedo, aquello para lo que me formé con tanto esfuerzo y que tan buenos resultados ha dado en el ámbito de la nutrición infantil (fui coautor y organizador del Programa Nutrir Más que sacó del riesgo nutricional a más de mil niños), la salud pública (como Director Provincial de Bioquímica, Representante Provincial Remediar, responsable de Control de Gestión de la Unidad Provincial del Plan Nacer, etc.), en el Ministerio de Trabajo, en el de la Producción y en la asistencia técnica a las comunas de la provincia (programas Municipios 2000 y Gestión Local).
 
En ese sentido, les pido a mis comprovincianos el voto para Perotti (con todas mis reservas), porque es el único de los candidatos que puede terminar con esta tanda de gobiernos de 𝒎𝒂𝒓𝒌𝒆𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒚 𝒂𝒎𝒊𝒈𝒖𝒊𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒑𝒓𝒆𝒏$𝒂. Para eso es necesario un gobierno que se base su gestión en políticas públicas.

Denme la oportunidad de desempeñarme de nuevo en estos, mis últimos años de actividad, en lo que sé hacer: el diseño y puesta en práctica de 𝐏𝐎𝐋Í𝐓𝐈𝐂𝐀𝐒 𝐏Ú𝐁𝐋𝐈𝐂𝐀𝐒

Se los pido por favor.



Esteban Cámara

miércoles, 12 de junio de 2019

Mariela

Basado en (varias) historia(s) real(es) de Santa Fe, Argentina, barrio del noroeste, 2018.
Mariela se pasó la noche casi sin dormir, se ve que una intuición oscura le estaba dando vueltas. Algo feo había soñado, un monstruo negro, con colmillos y cola, pegajoso y amorfo que se retorcía en un líquido viscoso. No había leído a Lovecraft, pero la bestia parecía sacada de allí.
Cambió a Lucas, el de cinco, para llevarlo al preescolar, con sus ropitas gastadas y las zapatillas que no daban más. Sin lápices en la cartucherita, apenas una birome que sacó de quién sabe donde. Y en una bolsa de plástico con el cuadernito de calificaciones. Poco más. Les dió un poco de leche aguada a Lucas y al bebé, dos años. Para ella no había nada de comer. Le cambió el pañal al chiquito y se dió cuenta de que era el penúltimo de los que le habían regalado. Le puso un enterito bastante chico y rotoso, no había nada más. Limpio, no. Ciro lloriqueaba, hace días que venía comiendo únicamente leche aguada. Mariela estaba sin trabajo estable desde hacía más de dos años, cuando había cerrado la cooperativa y el papá de los nenes se había fugado, dicen que al sur. Igual, era albañil y trabajaba un día sí y tres no. Mariela changueaba lo que podía, limpiando casas, generalmente, pero cada vez salía menos laburo. Vivían en una piecita que les habían prestado porque nadie la iba a alquilar, a 5 cuadras del asfalto. El papá de ella, también albañil, había reventado en una obra no hacía mucho y el gobierno de mierda que había le negó ayuda para cobrar la indmnización y el seguro y le negó cualquier ayuda. La mamá había muerto joven cuando ella era chiquita y no le dió hermanos. Mariela llevó al nene a la escuela a pesar de la lluvia y del barro aunque generalmente lo dejaba porque no iba ninguno de los compañeritos en aquel barrio olvidado por la municipalidad. A Ciro lo dejó con una vecina joven, su mejor amiga, que tenía también un bebé y que a veces laburaba y el papá del hijo de ella le pasaba bastante plata, además de que vivía con su madre y guiso no faltaba por ahí. Seguramente hasta leche sin agua le iban a dar a Ciro, como siempre. Fue hasta el dispensario y se hizo ver por el ginecólogo porque había estado con vómitos y los pechos duros. Hacía unas semanas había salido con un pibe, también desocupado y se les había roto el forro. Salió del dispensario dos horas después pálida, transfigurada. Pasó por la casa de la vecina y le pidió que le cuide al Ciro un par de horas. Le dijo que iba a ir de nuevo hasta lo de la ex patrona para ver si le daba de nuevo algo de trabajo. Misión difícil porque la tipa se había cabreado, mal, ya que ella faltaba seguido cuando el bebé tuvo broncoespasmo y llovía y las cinco cuadras de barro eran un obstáculo imposible para una piba cansada con un bebé que lloraba y tosía paroxísticamente. 'Me cansaste, Mariela', le había dicho la última vez. Mariela nunca usó pañuelo verde, ni celeste y blanco, era como si no los viera (al celeste y blanco como una escarapela recordaba haberlo visto en casa de la ex patrona). Le pasaba por encima a todo eso, a la política, a los sindicatos. Todos eran la misma mierda. Eso le decían la ex patrona, la televisión, la maestra de Lucas, el almacenero. Y para ella no había otra. Tal vez hubiera notado que la amiga y sus hermanas tenían pañuelo verde, pero no sabía bien lo que significaba. Igual, Mariela no fue a la casa de la patrona, fue a la ferretería, que el dependiente era un ex compañerito de escuela (ella había sido abanderada y él escolta). El pibe era gay y ella siempre lo defendió, cosa no muy frecuente. Le pidió fiado 'para arreglar el tendedero'. Nunca le había pedido nada a nadie, enseñanza de su orgulloso padre. Volvió a la piecita. Paredes de ladrillo desnudo, techo de chapa con vigas de madera expuestas. No daba más. Se colgó apenas llegó, para no empezar a pensar en Lucas y Ciro y arrepentirse.




Esteban Cámara
Santa Fe, 12 de junio de 2019