¿Dejás de escuchar a un músico o una banda, aunque te gusten, por sus posiciones políticas? Eso se llama cancelación cultural y se define como la auto-prohibición de la satisfacción en el consumo de una obra o producto debido a una diferencia ética-ideológica insalvable con lo que se identifica como su autor.
Este párrafo de la fuente que vinculo al final del artículo abre el debate.
Yo suelo diferenciar bastante bien entre obra y autor. Por ejemplo, he disfrutado bastante en recitales de Iorio, y obras de otros personajes por el estilo.
Pero no me banco las obras tipo 'Narcos', porque sé que los narcos van a ser inevitablemente latinoamericanos. Siempre somos nosotros los malos, en ese tipo de productos.
Jamás perdí ni un minuto en ver 'El marginal' bah, ni un segundo, porque me basta ver las 'foto fix' y algún comentario para saber el grado infantil de ideologización y demonización que porta respecto de las personas que van a parar a una prisión.
Tampoco arranqué a ver la serie '24' porque, de entrada, me da ganas de cagar la impostura rambesca del protagonista.
Una digresión: allá a principios de los '80 disfruté bastante de la lectura de Primera Sangre, la novela de David Morrell que dió origen a la saga 'jolibudesca' de Rambo. Si mal no recuerdo, la novela no tiene la menor culpa respecto de la derechización ideológica que sufrió paulatinamente el personaje en las interminables e inaguantables secuelas 'paralelos' (!).
Pude ver, aunque desternillándome de risa, la serie televisiva 'Sons of Anarchy' en donde un grupo de esforzados motociclistas yanquis trataba de traficar armas rusas y chinas a méxico, buscando infructuosamente reducir ese 85% de armas ilegales procedentes de su país que terminaban en poder de los narcos mexicanos. ¡Cuánto ingenio y laboriosidad desperdiciado!
Pero bueno, estas producciones llevan marcada a fuego, es parte de la obra en sí, la impronta ideológica prejuzgatoria, racista, menospreciadora y/o derechista que a mi me resulta desagradable. Es otra cosa.
En realidad no me acerco a nada que huela a 'prejuicio', si esto puede suponerse. Es bueno porque a su vez muestra que soy algo prejuicioso. Qué, ¿alguna vez le dije que era perfecto?
"La lógica de la cancelación requiere que la obra sea una extensión de su autor, su expresión íntima... que la obra es en verdad la materialización de una idea fraguada por el autor, que ya existía en su mente y que su venida al mundo, como la de Palas Atenea, la encuentra entera, completa, cerrada... "
[más adelante] "¿Tenemos que ir a tomar un café con cada autor, hacerles un cuestionario, generar una relación de intimidad y confianza hasta certificar que es una persona decente?".
Esto se aclara en la nota de Santiago S. Zabaljauregui en Socompa, que dió origen a este texto. También menciona el autor el problema de la autoría compleja, con infinitos niveles de participación en el resultado final que hace cada vez más difícil adjudicar a muchas producciones el carácter de "obra íntima".
Hay que ser bastante fanático para no darse cuenta de que, aunque Louis F. Cèline haya devenido en colaboracionista de los nazis, uno igual pueda haber disfrutado (¡y vaya si lo hice!) de Viaje hacia el final de la noche. Una noche "negra como un culo": la primera gran guerra, casi tan negra como la segunda. Tampoco es bueno privarse de las obras de Vargas Llosa (La Ciudad y los Perros, La Tía Julia y el escribidor, Pantaleón y las visitadoras) por culpa del vergonzante fervor colegial actual del autor por las dictaduras de mercado. Aclaración, no sólo son buenas aquellas novelas o cuentos de este autor que en el título tienen un sujeto dual...
Inversamente, hace algunos años al difundirse la posición política progresista y popular del alma máter de los Redondos, leí muchos comentarios de ... ¿jóvenes? ... ¿trolls? ... lo que fueran, desgañitándose en que iban a dejar de considerarlo dentro de la categoría humana "gente como uno" (donde uno debe leerse ellos) y llamando prácticamente a demonizarlo. A él y a su música. Para el caso particular podrían todos los macristas jóvenes dejar de ir a los recitales del Indio Solari, que la asistencia, de cientos de miles, disminuiría sólo en un par de docenas...
Me estaba olvidando del caso bastante extremo de un cumpa que arengaba a todo el mundo para que no vea cine francés por el carácter colonial que históricamente ha asumido esa nación. ¡Perdónalo, Jean Luc, no sabe lo que dice!
Fuera de eso puedo, y debo, disfrutar perfectamente de la obra de Wagner, a pesar de la germanofilia del autor (pre-nazi, podtríamos decir), que tanto terminó disgustando a Nietzsche.
Que pase un buen fin de semana, chamigo.
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