sábado, 16 de marzo de 2019

Terrorismo(s)

Ayer 15 de marzo de 2019 nos desayunábamos con la horripilante noticia de un nuevo atentado terrorista, maligna y profusamente publicitado.

Ocurrió en Nueva Zelanda donde un supremacista blanco asesinó a sangre fría a decenas de personas en una mezquita mientras trasmitía el suceso por Facebook y, al mismo tiempo. otro u otros atentaban contra otros civiles indefensos en otro templo islámico de la misma ciudad (Christchurch).

Justamente, el nombre de la ciudad, que puede traducirse como iglesia de Cristo, parece haber sido conscientemente elegido.

Un comentario en el medio ruso RT manifestaba su adhesión al hecho, sólo lamentándose de que a posteriori ocurriera una venganza en alguna iglesia cristiana por parte de ISIS o de alguna otra organización terrorista fundamentalista religiosa.

Precisamente, pensaba yo, estos actos están vinculados a una misma lógica. Sí, sin caer en conspiranoias, los actos de supremacistas blancos y fundamentalistas islámicos configuran una especie de diálogo macabro: cada uno de ellos representa una justificación ex-post de las acciones de los otros indeseables.

Los atentados y agresiones de los supremacistas occidentales permiten a los islámicos radicalizados justificarse de antemano frente a los elementos más moderados de su pueblo, además de envalentonarse y unificar fuerzas orientadas a la preparación de una pretendida 'retaliación'. Y a la inversa funciona igual.

En realidad, ambos extremismos no son antagónicos, aunque los medios insisten en ello, imbuídos de su lógica hegemónica.

Además de la lógica terrorista, que busca un efecto propagandístico directamente proporcional a la alevosía e irracionalidad de sus acciones sangrientas, ambos grupos proponen políticas de derecha.  Los manifiestos, tanto de ISIS, AlQaeda y Talibanes como de los supremacistas, proponen una sociedad más retrógrada y basada en fundamentalismos parecidos. De base racial por un lado y teológica por el otro. Pero ambos atentarían, de alcanzar el poder, contra la difusión de los derechos que las sociedades occidentales experimentaron en las últimas décadas, al par de ser homofóbicos, misóginos y anti-multiculturalidad.

Suele decirse que las acciones del fundamentalismo islámico se originaron en los ataques militares de las potencias occidentales a países de mayoría mahometana, pero yo creo que eso no es del todo correcto. A fin de cuentas, AlQaeda y los Talibanes fueron incubados, adiestrados, financiados y suplidos por el Departamento de Estado de los EEUU (si no creados íntegramente por ellos) para oponerse a la Unión Soviética, con enorme éxito. Y esto ocurrió en la década del '70, si no antes.

Lo mismo pasó luego con ISIS, sólo que con otro objetivo, primero como una herramienta contra Saddam y luego contra Gaddafi.

Algunas personas, mas o menos cercanas ideológicamente a mis posiciones, a veces parecen analizar el fenómeno de este terrorismo fundamentalista de ISIS, AlQaeda o Al Nusra como si fueran movimientos de liberación nacional, antiimperialista y popular. No podrían estar más equivocados. Eso podíamos decir de la OLP o Al Fatah, entre otros sectores nacidos en los '70. Pero no de grupos armados incubados por la CIA, financiados por el establishment saudí y apañados por la gobernante derecha israelí con el objetivo primordial de actuar como desestabilizadores, quintacolumnistas o propagadores de violencia y caos para terminar justificando intervenciones de las potencias occidentales. Es como si pensáramos al faldero de Guaidó o a Koldo López como 'luchadores por la liberación de los pueblos', ¡ja ja ja ja! Disculpen la carcajada pero este error es muy garrafal.
A continuación, le propongo esta forma de graficar las diferencias entre diversos tipos de activismo (cliquear sobre la imagen si no se distingue bien el texto). 


Claro, como casi siempre ocurre con los aprendices de brujo, aquellas creaciones de EEUU 'se dieron vuelta', convirtiéndose en definitiva en un obstáculo para los planes o negocios imperiales y, finalmente, volviéronse contra sus iniciales creadores/patrocinadores. Lo mismo ocurrió con sus ex agentes Saddam, Hitler o Noriega

Un elemento adicional de conexión entre ambos es la adhesión manifestada por el terrorista australiano de ayer a la figura de Trump (de manera similar lo han manifestado sujetos similares), mientras que ISIS responde (aunque no tan abiertamente) a Arabia Saudita y/o Israel. Esto muestra que los referentes de ambos grupos son los aliados más cercanos que uno pueda imaginar y portan ideologías similarmente retrógradas. 

Otro elemento interesante es que ambos terrorismos no se agreden el uno al otro, jamás.

Recapitulando: tienen ideologías, metodologías y referentes similares, sus acciones se justifican mutuamente y pareciera haber un pacto de no agresión entre ellos.

No parece justificado verlos como enemigos, para nada. Parecen más bien compañeros de ruta.




Esteban Cámara
Santa Fe, 16 de marzo de 2019  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios son en su totalidad moderados. No se admiten mensajes de odio, descalificaciones, insultos, ofensas, discriminación y acusaciones infundamentadas. El autor se reserva el derecho de no publicar comentarios anónimos.