El conductor, fumando, mira a la cámara como un estafador mira a los ojos de su víctima. Gestualiza posicionado como alguien que le está 'batiendo la posta' a algún perejil sentado en la barra de un bar de mala muerte. El estafador se debe vender, se 'vende' a sí mismo.
Acusa a los demás de usar una frase nazi, tergiversándola. Él dice que se refiere a repetir. No, la frase de Goebbels era 'Miente, miente, miente que algo quedará'. No 'repite, repite que algo quedará'. Es crucial aquí que el nazi hablaba de mentir, no de repetir. Si es una verdad la que se repite, la frase no remite a Goebbels, al nazismo. Tan cierto como que la verdad es lo opuesto de la mentira, claro.
Ni siquiera son muy parecidos ambos verbos en alemán:
Mentira: Lüge; Miente: Liegend; Mentir: Lügen
Repetir: Wiederholt; Repite: Wiederholen
Para dar la apariencia de algo académico y ocultar algo más la tergiversación, el conductor se refiere a esta frase como "...es el uno de goebbels uno", como si hablara de las bolillas de una cátedra o de capítulos de libros de texto.
Luego vienen un par de cámaras "ocultas" en donde las declaraciones están pautadas, pactadas, rentadas y guionadas. Los "declarantes", "desprevenidos" (supuestamente), han llegado allí por lucro o por amenazas enmarcadas en lo delictivo, ya no en lo periodístico y repiten lo que la misma producción del programa les mandó como libreto.
También hay montajes de encuadre o punto de cámara: En ellos, el camarógrafo omite ciertas partes del paisaje: Un centro de salud, una vivienda digna, imágenes que podrían contradecir el discurso de la voz en off, que les niega dignidad, incluso la mera existencia. No es necesario armar una escenografía, basta el uso del punto de cámara para mostrar o no, para magnificar o establecer relaciones inexistentes.
Para reforzar la atmósfera de intimidad, de amistad barrial que pretende generar, el conductor, entre pitada y pitada al cigarrillo, se refiere al televidente como "boludo" (suena más bien a boló), expresión usada afectuosamente en la Argentina dentro del código comunicacional de la amistad.
Y, para terminar, el conductor otrora periodista, hoy inventor de un género que deberíamos llamar periodismo-vodevil, insulta a los enemigos de sus patrones y a los suyos propios. A aquellos que le descubrieron las trampas, al gobierno enfrentado con quienes le pagan su sueldo, etc. No falta el número cómico, incluso musical, en este vodevil.
No hace mucho, el mismo periodista, en un acto de sincericidio, le pedía a sus televidentes que no le creyeran ni a él, que todos mentían. Ahora, en cambio, les dice, les asegura que todo está híper-mega-súper-recontrachequeado. Antes no sabemos, pero hoy, al decir esto, queda claro que los está estafando.
Miente.
Miente.
Insulta.
Ésa es la cadencia del dispositivo: MMI.
Creeme, esto está hiperrecontrachequeado, boló.
PS: Ya escribí sobre este show en octubre de 2012: Sanata News
Esteban Cámara
Santa Fe, 18/07/2013
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