jueves, 11 de julio de 2013

Cuba, lectura de la situación

Las nociones que tenemos de Cuba en los países latinoamericanos cuya información es filtrada, tergiversada e inventada por el imperio yanqui y los medios de comunicación oligárquicos hablan de miseria, de hambre ("no hay cubano gordo", se mofaba una boluda de mi oficina en 2009 cuando se enteró de que mi sobrina fue becada a Cuba a estudiar medicina). Siempre el mensaje es que la revolución fracasó, salvo cuando dependieron de la Unión Soviética. Que todo es decadente, desvencijado, pobre, miserable.

Hoy que he estado 44 días en Cuba, de a pie, viviendo con y cómo los cubanos, puedo decir que eso es mayormente mentira.

Pobreza hay. Pobreza material, no intelectual. No pobreza espiritual. Hay edificios en ruinas y hay otros primorosamente arreglados y pintados. No hay hambre. Hay dificultad para adquirir bienes de alto precio como automóviles, grandes electrodomésticos y tecnología.
Contrastes: Edificios en ruinas en el malecón de La Habana y edificios Inmaculados en Bayamo
Hay retraso tecnológico, hay poca internet (y cara) y casi no hay wifi. Todo esto en gran parte se debe al carácter insular de Cuba y a las agresiones y bloqueos de los EEUU.

Pero veamos los puntos fuertes de Cuba:

Seguridad: Hay crímenes, pero tienen una frecuencia infinitamente menor a las de otras regiones de latinoamérica e incluso que de Estados Unidos. En mis 44 días allí no ví ningún robo ni corrida ni a  mí ni a ningún turista que yo conociera le faltó nada.

Cuidado infantil: Uno no ve chicos desatendidos, descalzos, hambrientos, vestidos con harapos o usados para mendigar. El cuidado infantil es perfecto, los círculos infantiles y las escuelas complementan la atención esmerada que dan los padres y abuelos. Jamás vas a ver un niño revolviendo la basura para poder comer.



Salud: La salud es el punto fuerte de la isla y lo manifiesta con la altísima expectativa de vida, con la bajísima mortalidad infantil. El estado garantiza un médico y una enfermera cada 120 familias y eso puede verse por toda Cuba. Pude asistir a varias consultas y certifico la rapidez de la atención, la inexistencia de colas, pagos de coseguros y/o gestiones por aquí y por allá para lograr cualquier atención, a diferencia de lo que ocurre en Argentina. Yo pago 200 dólares mensuales a la obra social de mierda que tengo (IAPOS) y estoy muy lejos de obtener ni un 5% de la atención que logra cualquier cubano. Claro, no hay médicos ricos en Cuba. Loado sea esto: Que la salud sea el negocio de todos y no de algunos privilegiados.

Educación: La educación, todos sus niveles, están al alcance de todos. TODOS. Todos sin importar de dónde vengan ni quiénes sean sus padres. Hay residencias estatales universitarias gratuitas para quienes vivan lejos de los centros de estudio. El estado provee los útiles y literatura necesaria y la comida, además de la enseñanza y hasta de la ropa de laboratorio. En países como el mío la gratuidad universitaria genera la falsa idea de que la Universidad está al alcance de todos. Mentira, a la universidad argentina no llegan nunca los chicos de las villas miseria. Yo mismo, habiendo sido estudiante obrero sufrí incontables obstáculos y trabas a mi estudio. Los trabajadores no son bienvenidos en las universidades argentinas y se les pone todas las trabas posibles. La desorganización y los prejuicios y la competencia sucia de los hijos de papá hace el resto. Y, finalmente, el bajisimo nivel de muchas escuelas primarias y secundarias termina de redondear la faena que impide que todos los argentinos puedan llegar a los estudios superiores. Nada de esto pasa en Cuba, puedo dar fe. No sólo porque mi sobrina estudia allí desde hace 4 años, sino porque yo mismo estuve alojado en una residencia universitaria muchos días y he podido ver a los estudiantes extranjeros y cubanos desarrollar sus estudios con la responsabilidad que cada uno le ponga y sin obstáculos ajenos a ella.

Alimentación: Recordemos la oligofrenoide y burlona frase, "No hay cubano gordo" y ... no, tampoco. Hay obesidad en Cuba. Esto no es bueno pero hasta en esto se equivocan los idiotas. Pero, en fin, no hay desnutrición en Cuba. Y eso sí es bueno.

La evaluación que haga cada uno va a estar dada por su propia escala de valores: 

Yo prefiero una atención médica de calidad para todos y no que los médicos se hagan ricos.
Yo prefiero una nutrición y cuidado infantil perfectos a comprarme un auto cero quilómetro. 
Yo prefiero que todos los chicos puedan estudiar hasta donde les dé la capacidad a comprarme un I-pod.
Yo prefiero andar con unas zapatillas modestas a exponerme a que me peguen un tiro por robarme mis hermosas zapatillas a la vuelta de mi casa.

Y, en definitiva, prefiero la generosidad, el afecto, la amistad y la cultura del pueblo cubano a mis insulsos y cuasi-ignorantes pequeño burgueses compatriotas.

Quiero terminar esto con una pequeña anécdota:



A fines de abril volvía desde el centro de Santa Clara por calle Colón para la residencia en la universidad cuando, poco después de pasar por un cartel vial que pedía precaución a los automovilistas por ser lugar de cruce de niños, escucho unos gritos de criaturas: "¡Tírame una foto!", "¡Tírame una foto!". Eran un grupo de chiquillos que salieron corriendo de una escuela. Casi al mismo tiempo escucho el grito de un adulto (tal vez un docente u otro personal escolar): "¡Aléjense del camino!". Si la hubiera preparado no sería mejor la foto: Refleja todo el cuidado infantil, está todo en ella.



Nunca vas a ver un niño cubano desatendido.


Esteban Cámara, texto y fotos.
Santa Fe, 11 de julio de 2013

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