Voy a comentar de memoria esta obra maestra de la cobardía, esta romántica exaltación del conformismo burgués. Lo hago de memoria porque ni por plata me vuelvo a acercar a semejante mierda. Al libro lo compró mamá en sus últimos años, supongo que se lo habrán recomendado sus amigas, bastante burguesas. Se trataba de "Los puentes de Madison". Jamás lo comentó y supongo-espero que se haya desilusionado ante semejante exaltación de la cobardía, de la auto represión.
La protagonista es una burguesa que vive en un ambiente semirural yanqui, casada con un palurdo de miras extremadamente bajas. La mujer, extranjera, con dos hijos del matrimonio con el señor gris, conoce a un fotógrafo que anda por el lugar. El tipo representa la libertad y el espíritu artístico y, que va o que viene, se la garcha. Luego le pide que se vaya con él a la aventura, la bohemia. La tipa teóricamente tiene pretensiones artísticas y se supone que anhelaría ese cambio de vida.
Pero no se anima. Se queda en el pueblo, conserva a rajatabla ese matrimonio sin amor, esos bienes de mierda. Fin de la historia.
Pero no es la exaltación de cualquier cobardía, es la cobardía burguesa, la que, ante todo, pretende conservar los bienes, las cosas.
Debe ser el libro más pelotudo que leí en mi vida. ¡Y, miren que he leído cada cosa! Por suerte, no ví la película de Eastwood.
Esteban Cámara
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