martes, 24 de septiembre de 2013

De cipayos e imperialismo

"...nosotros confiamos totalmente en Cristina Fernández de Kirchner, y si Cristina Fernández de Kirchner hubiera sido presidenta de Ecuador en la época en que Texaco destruyó la selva ecuatoriana, eso jamás lo hubiera permitido. Por eso todo nuestro apoyo al gobierno de Cristina”. Rafael Correa, presidente de Ecuador, 18 de septiembre de 2013, nota en Página 12.Muchas voces de ... ¿izquierda? se alzaron contra la decisión del gobierno argentino de explotar en forma conjunta con Chevron el yacimiento de petróleo y gas NO CONVENCIONAL, de Vaca Muerta. "Entrega del patrimonio nacional", denunciaron. "Miren lo que hicieron en Ecuador", argumentaron.

A ver, antes de seguir les explico lo que significa "yacimiento no convencional": Es cuando el combustible gaseoso o líquido se encuentran enquistados en roca, no formando una bolsa o lago. Para extraerlos es preciso usar tecnologías complejas, que no están al alcance de cualquiera. Una de éstas tecnologías es el fracking y la puede usar Chevron. Chevron va a invertir en ésto 1.400 millones de dólares. Sin dominar alguna de estas tecnologías de última generación y difícil acceso, es imposible extraer combustibles de ese tipo de yacimientos. Se diría que podríamos intentarlo pero probablemente el costo medioambiental sería desastroso. Y allí estarían de nuevo los catilinarios levantando sus deditos admonitorios...

Ah, en Ecuador el daño a la selva la realizó Texaco, no Chevron. El litigio del estado ecuatoriano con Chevron es porque ésta compró a Texaco.

El problema no es a quién se le abre la puerta, sino las normas que les ponemos y les hacemos cumplir, efectivamente. El imperialismo siempre va a ser imperialismo, siempre se va a querer meter a hacer de las suyas, siguiendo sólo su ley, que es la ley del egoísmo, de la maximización de la ganancia propia. El asunto es que quien ponga las normas seamos nosotros. Cuando perdimos los ferrocarriles en la década del '90, gobierno cipayo como el que más, ése gobierno fue reelecto por el pueblo argentino. Entonces, no le echemos la culpa de todo a los extranjeros. A los ferrocarriles, al subsuelo, y a tantas otras cosas los perdimos entre todos. No acusemos al imperialismo invisibilizando de nuestros errores como sociedad. Los políticos cipayos tampoco bajan de una nave intergaláctica, surgen del seno mismo de nuestra sociedad y llegan a instancias de poder gracias al voto de la gente.

El problema mayor no es el imperialismo, sino los cipayos, los que entregan las riquezas permitiendo la maximización de ganancias de las multinacionales, la no reinversión local de las utilidades y los daños medioambientales y sociales. De no aliarnos con alguna multinacional el petróleo y el gas de vaca muerta permanecerían allí. Y nuevamente, Catilina nos abrumaría a reproches.



Esteban Cámara

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