Hoy se conmemora en Argentina el "Día del Hijo de Puta" en repudio del nacimiento de uno de los hijos de puta más grandes que han nacido en nuestra tierra: El ex dictador Jorge Rafael Videla, uno de los coautores de la desaparición, torturas, asesinato y robo de bienes en decenas de miles de casos. Así como robos de bebés en 500 oportunidades, encarcelamiento y torturas por pensar diferente y censura y represión para todo un país para aplicar un plan de enajenación de los bienes sociales de los argentinos, destrucción de la industria, concentración económica en manos de sus amigos y de las multinacionales y desocupación y empobrecimiento de las mayorías populares.
Pero no por eso vamos a olvidarnos en este día de otros grandes hijos de puta: Massera, Agosti, Viola, Galtieri y otros integrantes de las juntas militares, así como también quiero escupirles en la cara a los grandes y pequeños asesinos y represores como Menéndez, Bussi, Rolón, Etchecolatz, Brusa, Ramos, Facino (SFe) y otros de los que afortunadamente me he olvidado.
Tampoco es justo que me olvide en esta festividad tan ingrata de los curas hijos de puta que apoyaron y encubrieron a los asesinos y entra en esta categoría casi toda la jerarquía de la Iglesia Católica de Argentina (dejando de lado a algunos pocos obispos y a algunos párrocos y seminaristas, en algunos casos víctimas de la represión como Angelelli, los Palotinos y las monjas francesas).
Párrafo aparte para los empresarios y los ricos hijos de puta que instigaron y apadrinaron el golpe y se enriquecieron aún más, incluso apropiándose de empresas e inmuebles robados a sus legítimos propietarios en una mesa de torturas, ni de los políticos radicales, democristianos, demoprogresistas y de otra yerbas derechistas que ocuparon cargos ilegítimos durante esa dictadura caracterizada como dictadura cívico-militar-eclesiástica.
Tampoco me olvido de los medios de comunicación hijos de puta asociados a la dictadura como la vieja Ernestina, que les robó a los Graiver durante la tortura la empresa Papel Prensa junto con los garcas de La Nación y que publicaron encendidas defensas de los asesinos pretendiendo la existencia de una "Campaña Antiargentina" cuando sólo se pretendía defender los derechos humanos. No quiero dejar afuera de este homenaje a otros hijitos de puta más insignificantes como la revista Gente y a su entonces director Chiche Gelblung, lameculos de los genocidas, ni a Fontevecchia, otro defensor de lo indefendible, ni a Kirschbaum y Morales Solá, otros dos bastiones de la defensa mediática de aquellos malnacidos.
Y por último quiero dedicarles un pequeño escupitajo a los pequeños hijitos de puta de hoy, algunos de ellos muy jóvenes. A esos que siguen cayendo como chorlitos en la repetición de mitos como los de los dos demonios o que caen en las campañas de prensa más inverosímiles (liberación de presos para ir a actos políticos, por ejemplo) que aquellos mismos medios y periodistas nombrados en el último párrafo inventan sólo para seguir manteniendo sus privilegios y bienes mal habidos. A ustedes les digo: ¡USTEDES SON LOS HIJITOS DE PUTA QUE AQUELLOS VIEJOS HIJOS DE PUTA HUBIERAN SOÑADO CONCEBIR!
Esteban Cámara
Santa Fe, 02 de agosto de 2012
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