miércoles, 22 de agosto de 2012

22 de agosto de 1972, Trelew

El 15 de agosto de 1972 se produjo un intento de fuga masiva del penal de Rawson, en el sur de la Argentina por parte de militantes que estaban encarcelados por encontrarse en lucha contra la dictadura militar que gobernó Argentina entre 1966 y 1973. 25 integrantes de diversas organizaciones peronistas y de izquierda lograron fugar del penal y se dirigieron al aeropuerto, aunque por un problema de logística que hizo que fallara el lugar de encuentro con la mayoría de los vehículos encargados de transportarlos, 19 de ellos llegaron tarde dado que debieron conseguir taxis para el traslado. Éstos al no poder escapar del aeropuerto, deciden entregarse, mientras que los 6 restantes lograron escapar en un avión y abandonaron la Argentina rumbo a Chile (Gobierno de Salvador Allende) y luego Cuba. 




Luego de una conferencia de prensa, anuncian que se entregan.



Foto de Emilser Pereyra, tomada al terminar la conferencia de prensa

Los 19 detenidos, a quienes aquel gobierno dictatorial y fraudulento había garantizado la seguridad y el respeto por la vida como condición para su entrega, fueron conducidos a la Base Naval Almirante Zar. Finalmente, en la madrugada del 22 de agosto los presos, inermes, fueron reunidos y hechos formar en el pasillo de las celdas. Allí son ametrallados. 16 murieron por las andanadas iniciales o fueron rematados usando armas cortas, mientras que sobrevivieron 3 de ellos: Alberto Miguel Camps (FAR), María Antonia Berger (FAR, luego Montoneros) y Ricardo René Haidar, quienes fueron secuestrados y desaparecidos entre 1977 y 1982.

El caso de María Antonia Berger es paradigmático: Al recibir la andanada asesina que le significó un balazo en el abdomen, logró tirarse dentro de una celda. Allí escribió con su propia sangre: LOMJE (Libres o muertos, jamás esclavos) y recibió un disparo con el que intentaron rematarla y que le destrozó la mandíbula. No obstante, sobrevivió. Años después, una joven sueca, Dagmar Hagelin que se encontraba transitoriamente en Buenos Aires y que se le parecía físicamente (compartían genes de pueblos nórdicos) fue confundida con ella, secuestrada y asesinada por un grupo de asesinos militares comandado por el infame Astiz (el mismo cobarde asesino que se rindió a los ingleses en las Islas Georgias sin disparar ni una sola vez). María Antonia, en 1979, falleció en un enfrentamiento con un comando militar. Su cuerpo fue inicialmente exhibido como trofeo en la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada, verdadero campo de concentración, tortura y exterminio de la dictadura militar) y luego desapareció.

Los otros mártires de Trelew, aquellos asesinados en absoluta indefensión, fueron: Alejandro Ulla (PRT-ERP), Alfredo Kohon (FAR), Ana María Villarreal de Santucho (PRT-ERP), Carlos Alberto del Rey (PRT-ERP), Carlos Astudillo (FAR), Clarisa Lea Place (PRT-ERP), Eduardo Capello (PRT-ERP), Humberto Suárez (PRT-ERP), Humberto Toschi (PRT-ERP), José Ricardo Mena (PRT-ERP), María Angélica Sabelli (Montoneros), Mariano Pujadas (Montoneros), Mario Emilio Delfino (PRT-ERP), Miguel Ángel Polti (PRT-ERP), Pedro Bonet (PRT-ERP) y Susana Lesgart (Montoneros)



Tres de estos militantes populares eran estudiantes de la Universidad Nacional del Litoral: Carlos Del Rey, Alejandro Ulla y Ricardo Haidar. Los dos primeros eran militantes del PRT-ERP, mientras que Haidar militaba en Montoneros.


Esta tapa de un diario de la época refleja el intento de encubrimiento que hizo la dictadura y la adhesióny lenguaje de sus sempiternos aliados de la prensa.

Un hecho interesante es que el Ministro del Interior de aquella dictadura y a quien se le había solicitado el respeto del derecho a la vida de los detenidos era Arturo Mor Roig, integrante de la mesa directiva de la Unión Cívica Radical.

En 1973 se produjo una escisión en el PRT-ERP, la organización ERP-22 de agosto, cuyos integrantes intentaron una convergencia con sus similares del peronismo revolucionario, en un gesto estratégico que pudo cambiar la historia.


Esta masacre de Trelew es considerada el inicio formal de la represión ilegal en la Argentina o Terrorismo de Estado y que entre 1976 y 1983 encontró su punto más álgido durante la siguiente dictadura militar.


Desde este blog quiero expresar mi reconocimiento y mi cariño a estos militantes y mártires, ejemplo de lucha desinteresada al extremo, que no dudaron en dar la vida por sus ideales en la búsqueda del bienestar del pueblo. Permanecerán por siempre en nuestros corazones y su camino continuará guiando mis acciones y las de todo argentino dispuesto a dar todo en pos de una sociedad más justa.





Esteban Cámara

1 comentario:

  1. Trelew y uno, Poema de Carlos Aiub

    16 rosas rojas
    nacidas de madrugada
    regresarán cada noche
    de la tierra liberada
    (pintada callejera)

    retomo la vida de ustedes inconclusa
    retomo la poesía aquella también inconclusa
    retomo mi propio camino entonces
    (hace tres años Trelew 22 de agosto)
    y busco
    mientras voy desempacando las viejas letras casi abandonadas
    intentando nuevamente redondear
    esta pequeña ofrenda
    este canto inútil
    este trágico recuerdo
    este renovado lamento
    y así reconstruir aquel poema
    consciente de que ni las viejas letras
    ni las nuevas sirven para mucho llegado el caso
    como tampoco sirven para mucho las buenas intenciones y los mejores deseos
    que si acaso alcanzaran para reemplazar a alguien carajo
    aunque este intento no pretenda eso
    aunque sólo se trate de regresar la memoria hasta aquella vida inconclusa de ustedes y seguirla hasta aquí y hasta más allá reflexivamente
    hasta el propio instante en que intentamos cuestionar nuestra ajetreada conciencia diaria
    aunque sólo se trate de contabilizar si querés
    Trelew bandera y grito de guerra de cuántos Trelew más
    aunque sólo se trate de volcar medio complicadamente la bronca que viene amontonándose de lejos en tiempo y esperanzas
    y que te enciende los puños y también la mirada
    aunque sólo se trate de escribir buscando escupir toda esa bronca amontonada todo el odio toda esa necesidad que te invade por momentos de acabar con medio mundo y un poco más si querés de mandar todo a la mierda
    aunque sólo se trate de escribir pensando (no como la forma más comprometida de pensar) en una fecha
    en un lugar en 16 compañeros y
    cómo y dónde te agarró todo eso
    y cómo lo trasladas a otras fechas a otros lugares y a otros 16
    por cuántos más compañeros y qué tiene que ver todo eso con la vida con el compromiso con la necesidad de escribir entre otras cosas que sabés más necesarias
    y entonces te surge la reflexión mezcla de ironía y sonrisa cansada y las palabras que ya son lugares comunes
    morir para que la vida viva
    morir buscando recorrerle su cono de sombra a la vida
    morir rastreando la luz entre tanta mierda junta
    morir para que el hombre viva
    morir apostándole a las tan vapuleadas esperanzas y alegrías
    morir a manos de los señores defensores oficiales del amor que empuñan su civilización y democracia calibre 9
    morir a manos de la propia historia que vos ayudas a hacer y que escriben otros... todavía
    morir... vivir... morir... vivir
    tal vez se trate de pura necesidad dialéctica
    que se yo
    retomo la vida de ustedes inconclusa
    retomo la poesía aquella también inconclusa
    retomo mi propio camino entonces
    (hace tres años trelew 22 de agosto) y busco
    mientras la memoria sentenciada que transcurre
    recompone aquella mañana fría de otra Patagonia trágica unos 50 años después
    junto a la soledad fría de aquella cárcel regimentosa
    junto a la trampa fría muy mal disimulada
    16 vidas fusiladas
    lo único caliente
    16 rosas que custodian el camino de esperanzas y alegrías
    16 puños que se alzan por haberse acercado a la victoria
    y más allá de toda esta metáfora repensada mil veces complicada contradictoria lo real lo cierto
    una fe cada vez mayor en el triunfo
    por ustedes cumpas
    por ustedes.-

    agosto / 75

    Sobre el autor, Carlos Aiub: Militante popular secuestrado y desaparecido en Buenos Aires el 10 de junio de 1977. Tiempo después se encontró un cuaderno con este poema, entre otros. Fuente: http://www.versosaparecidos.com.ar/carlos-aiub.htm

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