sábado, 21 de septiembre de 2013

Presupuesto

En estos días de debate parlamentario sobre el particular, creo que vale este artículo escrito en el año 2010 (2011 fue "el año que vivimos sin presupuesto").
Nota original publicada en Facebook el 15/11/2010:

El presupuesto se define como la expresión financiera de la planificación tanto de empresas como de gobiernos, ong’s, etc. Contiene la estimación de ingresos (recursos) y egresos (erogaciones) monetarios y es lo que da factibilidad de financiaciòn a los programas, actividades y políticas que se piensan llevar adelante.


Dado su carácter estimativo siempre se puede verificar algún desfasaje con lo que la realidad depare en el período siguiente. Para solucionar esto están las modificaciones presupuestarias.

Entrando ahora en la esfera pública o de gobierno:

Dentro de los Recursos (ingresos) los tres grandes grupos son los Recursos corrientes (recaudación de impuestos, tasas, cánones, derechos aduaneros, etc.) , los Recursos de capital (casi inexistentes en el sector público porque el estado no suele vender bienes de capital) y el Financiamiento (diferente tipo de préstamos y subsidios reintegrables).

Respecto de las Erogaciones (egresos, gastos o inversiones) existen también tres grandes grupos: las Erogaciones corrientes (genéricamente consideradas “gasto” para diferenciarlas de las inversiones en bienes de capital, aunque muchas pueden considerarse inversiones) que incluyen sueldos, compras de bienes de uso (consumibles que se agotan en un período igual o inferior al año), pago de servicios de terceros, etc., las Erogaciones de capital (inversiones en bienes de capital –inmuebles o vehículos, por ejemplo- o activos financieros que incrementan el capital) y las Transferencias (recursos que se destinan directamente a otras personas físicas o jurídicas).

A su vez, dentro de estos grupos presupuestarias existe una división en cuentas y subcuentas de destino específico con gran nivel de detalle.


En los modernos sistemas de administración estatal no se permite realizar ningún gasto que no estuviera presupuestado. Los ingresos que no hubieran estado previstos deben ingresar en el presupuesto a través de una modificación que, en el caso del gobierno nacional argentino debe ser aprobada en el parlamento y esa modificación indica la cuenta específica en donde se debe erogar ese recurso.

Está claro que ningún estado sobrevive sin contar con un presupuesto. Afortunadamente el orden jurídico previó situaciones de emergencia o negligencia extremas como la de 2010 por lo que, en caso de iniciarse un período sin aprobación del presupuesto respectivo, rige el presupuesto del período anterior.


El actual debate (se refiere a la acción obstructiva de la oposición parlamentaria al gobierno en 2010, surgida de la derrota electoral del año anterior) argentino respecto de no aprobar el presupuesto indica un nivel inédito de canibalización por parte de la oposición. Como ya lo señaló el diputado Agustín Rossi, parecieran haberse resignado a no ganar las elecciones 2011, al menos por las vías normales.

Pareciera que la oposición a la actual gestión de gobierno busca que la Argentina llegue al caos social tal vez como única esperanza de arribar al poder. O, al menos, teniendo en cuenta lo expresado hace pocos párrafos respecto de la vigencia del presupuesto anterior, trata de que el gobierno no ponga en marcha nuevas políticas, a sabiendas de que cada nueva acción lo acerca miles y miles de votos a la reelección en la misma medida en que a ellos, la oposición, los aleja.

Fin del artículo original

Espero que de las elecciones de octubre de este 2013 no resulte una composición parlamentaria suicida como la que actuó en 2010.




Esteban Cámara

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