viernes, 20 de diciembre de 2019

Iluminismo foquista

Es fundamental entender esto.
Dice Josè Pablo Feinmann en su artìculo Los resistentes (Contratapa | Página/12 | 21 de marzo de 2010) "Hubo, en las guerrillas latinoamericanas, un error fatal: creer que se podía luchar en nombre del pueblo pero sin el pueblo." Yo le agregaría también que fue un error de toda la izquierda, o casi toda. Sobre todo la mas dogmática, no solo los troskos. Los PCML, los PC, los PCR tambien. Salvo izquierda obrera y el FIP, todos.
Tuve grandes enfrentamientos por este tema, hasta con mi hermana. Cuando la conducción zonal de Montoneros se reunía en mi casa y yo veía (a mis 14 años) la pertenencia social de los asistentes, yo le decía: Pero, Ana, ¿cómo van a hacer la revolución ustedes si son todos estudiantes universitarios? Esto en aquella época quería decir que no había componente obrero. Yo me daba cuenta a mi escasa edad (pero con mucha lectura previa, específicamente sobre la larga marcha china) de este problema fatal.
El artículo de Feinmann que da origen a este texto habla de la resistencia peronista (1955 en adelante). Transcribo el párrafo de forma mas completa. Al final dejo la referencia al artìculo. Recomiendo su lectura.
"Incluso en esa estrofa que le añade (se refiere a la tendencia, o montoneros) a la Marcha Peronista está expresada la imposibilidad de entender el germen, el núcleo esencial de la Resistencia: Ayer fue la Resistencia/ Hoy Montoneros y FAR/ Y mañana el pueblo entero/ en la lucha popular. Error, grave error. ¿Cómo tantos podían vocear una consigna tan mal construida? ¿Nadie se daba cuenta? La consigna debió ser: Y por siempre el pueblo entero/ en la lucha popular. ¿Cómo el pueblo va a estar recién mañana en una lucha que se define popular? ¿Cómo va a ser popular una lucha que no tiene pueblo? Ahí está el iluminismo de la vanguardia foquista. Ellos son el pueblo. El pueblo, todavía, no está en la lucha que se hace en su nombre porque le falta, porque no está preparado o no está organizado. Falso: si no está el pueblo, la lucha no es popular. Podrá ser foquista, vanguardista, el germen de un Vietnam, lo que se quiera. Pero no popular. (Vietnam fue popular porque la lucha la hizo un ejército con una gran conducción y el apoyo de todo un pueblo. No fue por azar que ganaran.)".
Esto pone de manifiesto el error foquista. Entiendo a los compañeros que hayan caído en él. A fin de cuentas hasta mi idolatrado Che fue uno de sus impulsores.
Tenia razones para ello. Cuando con Fidel y otros 80 guerreros desembarcaron en Playa Las Coloradas, ya el combustible revolucionario habìa sido esparcido por toda la geografía de Cuba. Hubo que encender la llama, con mucho sacrificio, coraje e inteligencia. Pero toda la construcciòn polìtica-cultural previa a diciembre de 1956 en Cuba, el Che no la vivió en carne propia. Sabemos hoy en dìa que eso es fundamental para una revolución. Eso faltó en el análisis foquista. Y eso llevó a la muerte a mi amado Che.
Ese análisis errado también llevó al desastre de la contraofensiva montonera de 1978/1979. Ya he contado varias veces que visitando a mi hermana presa polìtica en el Penal de Villa Devoto en 1978, me decìa anticipando la contraofensiva: "La dictadura es un boxeador groggy". Yo, horrorizado, le decìa: ¡NO! Están locos. La dictadura está más fuerte que nunca.
Nos hubiéramos ahorrado cientos de compañeros que dieron su sangre, su vida, inútilmente. Los mataron como a moscas.
Espero que hayamos aprendido del error.






 Esteban Càmara

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