jueves, 27 de enero de 2022

Czeslawa Kwoka

Czeslawa Kwoka (polaca, 14 años) minutos antes de su muerte en Auschwitz por una inyección de fenol en el corazón

Trato de no poner textos ajenos, últimamente. Pero no pude resistirme a subir esta nota de Sandra Russo en Página12.

Quiero dedicarle esta lectura, durísima, a todos aquellos que conozco y que defienden la causa del nazismo.

Especialmente quiero dedicárselo a mi, por aquel entonces, querida flaca A., ultracatólica, que decía que no hubo 6.000.000 de muertos en campos de concentración nazis. Que no hubo ni dos millones y medio, tal vez menos de un millón y medio.

No importa, querida, basta mucho menos para configurar una atrocidad increíble, indefendible, inexcusable. Ni siquiera excusable en una mínima parte. Racismo, violencia, sadismo, genocidio. Fascismo, simplemente.

Czeslawa era católica y polaca. No les importó. Era católica como vos, flaca. A vos también te hubieran matado. A mí, ni hablar.  No hubiera durado ni un segundo.

Acá tambien en argentina algunos imbéciles discuten si fueron 30.000 o menos los desaparecidos. Pero lo importante fue que fue un sistema genocida implementado implacablemente y con alevosía.

En realidad fueron muchos más de 30.000, porque hay que sumar a los asesinados en enfrentamientos fraguados. A los torturados que luego liberaron pero que nunca se libraron del recuerdo de sus tormentos. Quebrados. A los quinientos niños secuestrados y apropiados ilegalmente, de dos tercios de los cuales no sabemos todavía nada y cuyos familiares los siguen buscando. A los exiliados, a los perseguidos y a los presos políticos sometidos a torturas y agresiones constantes. Y tambien a los familiares que sufrieron persecución y sintieron a la muerte picando cerca. Como yo.

Yo nunca hablé abiertamente del secuestro de mi hermana, hasta por lo menos el año 2006. A vos te había contado, creo. Y a un puñado más. Pero solamente a quienes les tenía máxima confianza. Creo que en el hospital cullen en donde trabajé de 1983 a 1994, nunca lo conté.

Ese efecto te causa la tortura y el encarcelamiento casi infinito en un familiar directo, la persecución a la propia persona, el miedo a ser señalado, apartado, aprehendido. Torturado. Asesinado. Un par de veces me salvé por intervención providencial, pero no de ése en el que vos creés y yo no. No, ése no existe. 

Me salvé porque otro pecador como yo  salvó mi vida casi sin darse cuenta. Un justo, o varios, entre las naciones.

De Página12 (LINK)

Día en Memoria de las Víctimas del Holocausto

Czeslawa Kwoka y la historia de las fotos de Auschwitz

El 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaron Auschwitz-Birkenau. Las imágenes tomadas por un prisionero fueron luego coloreadas y reviven el asesinato, la eliminación masiva y los grados de crueldad del exterminio nazi en ese campo de concentración.

Por Sandra Russo

Colorear a veces hace revivir. No siempre, pero cuando se trata de imágenes que sólo habían sido vistas en blanco y negro, muchas de ellas rápido, sin detenerse en los detalles por lo insoportable de lo que se veía, poner color es acercar el foco, descubrir el brillo en la mirada, inclinar al que mira la foto hacia quien está fotografiado. En algunos casos, como en éste, es revivir el asesinato, la eliminación masiva y los grados de crueldad insondables que el blanco y negro va destiñendo. Casi todo el imaginario en blanco y negro que el mundo tiene sobre lo que sucedió en Auschwitz lo produjo un prisionero, Wilhelm Brasse, nacido en la Polonia ocupada. Fue capturado muy joven, cuando era ayudante de fotografía en un local de su pueblo, Zywiec, y como hablaba alemán le ofrecieron unirse a los nazis. Se negó y fue enviado al entonces flamante centro de concentración de Auschwitz-Birkenau, en 1940. Ya colgaba en sus portones de hierro la leyenda “El trabajo hace libre”.

El primer jefe del centro era Maximilian Grabner, que en 1947 fue condenado a morir en la horca por más de 25.000 asesinatos, entre más del millón y medio que tuvieron lugar allí, entre ellos los de 230.000 menores de doce años. En el 40, había allí judíos, homosexuales, gitanos y “presos políticos”, que eran todos los miembros de la familia de cualquier comunista, o gente “suelta” que era levantada en el camino. Pronto llegó Mengele y comenzó con sus experimentos. Los nazis tenían la obsesión de documentar todo, porque estaban convencidos de que matarían a todos los necesarios para imponer su supremacía. Grabner mandó a averiguar si algún prisionero era fotógrafo, y encontraron a Brasse. Le confiaron la tarea de fotografiar de frente y de ambos perfiles a todos los prisioneros, y de registrar los experimentos de Mengele.


Brasse trabajó en silencio y en medio de una profunda perturbación íntima durante cinco años. Hizo alrededor de 50.000 fotografías que hoy forman parte estructural del Museo de Auschwitz. Tuvo un trato ligeramente preferencial: cuando no fotografiaba los cuerpos que iban esqueletizándose, lo mandaban a la cocina a trabajar como ayudante. Luego de la liberación de Auschwitz por las tropas rusas, él y los sobrevivientes fueron trasladados unas semanas a otro campo para atenderlos, mientras el mundo asistía a uno de los hallazgos de deshumanización más feroces de la historia humana. Los negativos habían quedado en Auschwitz pero fueron recuperados en su totalidad.

Cuando por fin salió a la vida otra vez, y hasta sus 92 años, cuando murió, Brasse nunca volvió a sacar una foto. Fue llamado “el fotógrafo de Auschwitz” siempre: el trauma de haber visto y registrar lo acompañó como una niebla interna durante toda su vida.

Pero una de las fotos que había tomado cuando era prisionero, la de una niña de 14 años, Czeslawa Kwoka, viajó en el tiempo y un día de hace algunos pocos años aterrizó en la mesa de trabajo de la fotógrafa y colorista brasileña Anna Amaral. El proceso del color sobre la foto de la niña que poco después de ser retratada fue asesinada con una inyección de fenol en el corazón por un oficial nazi, produce el efecto de un nuevo acercamiento a esa tragedia.

Czeslawa, católica, vivía en una pequeña casa con su madre, Katarzyna Kwoka, y las dos habían sido cazadas en el camino. Llegaron a Auschwitz en 1942. A la madre la mataron a los dos meses. La foto de la niña fue tomada un año después, poco antes de su ejecución. Estaba sola y sabía que no tenía oportunidad de salvación. Ya no tenía nombre. Era el número 26.947.

Antes de la foto, mientras esperaba en la fila de prisioneros, un soldado pasó a su lado y le rompió el labio. La niña lloró pero la llamaron para posar. Brasse recordó varias veces el gesto de Czeslawa: se limpió con el puño la sangre de la boca antes de pararse frente a la cámara. Ya en blanco y negro estaba toda esa oscuridad en su mirada. Pero el color que le agregó Anna Amaral la acerca en el tiempo, acerca el foco a ese abismo de miedo y desconcierto. La niña no hablaba alemán y desde que la habían secuestrado y trasladado no sabía por qué lo hacían ni qué le decían.

Cuando llegaron los juicios, años después, Brasse, que nunca olvidó ese rostro infantil espantado, testimonió contra el oficial que la asesinó. En materia de nazismo, el blanco y negro queda lejos, está impregnado en esas fotos que hemos visto en documentales o en libros sobre el Holocausto. La cara de esa niña de 14 años, con el labio roto y a punto de ser asesinada vuelve desde el pasado para decirnos que a la ultraderecha hay que detenerla siempre, porque diga lo que diga y aunque no lo confiese más que a veces, piensa, bajo cualquier forma que adopte, que la muerte del enemigo es la solución.

Cuando se cumplieron 75 años del asesinato de Czeslawa Kwoka, el Museo de Auschwitz la homenajeó con la difusión de su foto de prontuario coloreada por Amaral. Ahí están sus ojos, sus ojeras, sus moretones en la cara, su traje a rayas, su cabeza pelada, su orfandad y su muerte inminente, que se huele, densa, gaseosa, en la foto. Podemos imaginarla como una niña de 14 años parecida a cualquiera de las que conocemos. El color viene a decirnos que el mal nunca está tan lejos como para creerlo en el pasado.

Artículo de Sandra Russo en Página12


 

 

 

 

 

viernes, 7 de enero de 2022

Estudio de anticuerpos CoViD19 Conicet

En el mes de septiembre de 2021 comenzó en la ciudad de Santa Fe un estudio social y epidemiológico sobre la inmunidad de la población local al SARS Coronavirus 2 (CONICET LINK). 

El CONICET es la agencia pública que impulsa y centraliza las investigaciones científicas en Argentina: Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. En la ciudad de santa fe, está representado por el CERIDE (Centro Regional de Investigación y Desarrollo) el que funciona realizando, coordinando y aglutinando investigaciones de las que participan también las organizaciones. Universidades e Institutos de investigación públicos de la zona litoral centro (Santa Fe, Esperanza, Paraná, etc.).

De la investigación participan investigadores, docentes, profesionales y becarios del Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica a la Producción (CICYTTP, CONICET-Prov. ER-UADER); el Instituto de Ciencias Veterinarias del Litoral (ICIVET Litoral, CONICET-UNL); el Instituto de Salud y Ambiente del Litoral ISAL (UNL-CONICET); el Instituto de Matemática Aplicada del Litoral (IMAL, CONICET-UNL); el Instituto de Estudios Sociales (INES, CONICET-UNER); la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV-UNL); la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB-UNL) y del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Dr. Emilio Coni. También se cuenta con el apoyo de la Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe y colaborarán como voluntarios estudiantes avanzados de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas, UNL. Textual de la página del CONICET.

Cuando vi el anuncio por los medios pensé en anotarme, al menos para saber el estado de nuestra familia respecto de la inmunidad frente al coronavirus, pero no me gusta abusar de mis conocidos para pedir nada personal. No obstante, por una de esas grandes casualidades, una mañana tocaron a mi puerta dos integrantes del estudio (su gestualidad indicaba que estaban un poco a la defensiva, pobres, vaya a saber con que pelot...aris tuvieron que encontrarse previamente) para preguntarme si quería participar. ¡Por supuesto!, recibieron como contestación: Claro que me interesa, no sólo para conocer el estado de inmunidad de la ciudadanía santafesina, sino tambien el de mi familia y el mío propio. Bueno no fueron las palabres textuales, porque nadie habla como escribe, pero el contenido fue más o menos ése.

Dejaron un folleto con un código y una dirección web, para dirigirse a una página y completar una encuesta. Yo anoté para participar del estudio a mi hija Julieta, a mi hijo Martín, a mi nieto Alexis y a mí, que son los que habitualmente estamos en casa. Luego de algunas vicisitudes pudimos completar la encuesta y, finalmente, cerca del 26 de noviembre vino una de las primeras encuestadoras a tomarnos la muestra, mediante un pinchazo en el dedo. Afortunadamente, esa mañana estábamos todos.

Finalmente, hace un par de días, nos llegaron por wsp los resultados:


Alexis (Sinopharm, 1ra dosis, 6 años de edad) y yo (Sputnik 1a en mayo18 + Covid en junio 04 2022 + Sputnik 2a ago19, 61 años), unos wolverine cualquiera. Yo siempre digo que la Sputnik es la mejor vacuna contra el Covid.

Habrá que ver qué pasó con Julieta (dos dosis deAstra Zeneca) y Martín (dos dosis de Sinopharm), seguramente requieran un refuerzo de dosis. Máxime, considerando que Martín tuvo COVID, confirmado por el programa DetectAr mediante hisopado unos días después que yo.

Bueno, felicitaciones al Conicet y a las universidades e institutos participantes.

 

 

Nuevo: Al día siguiente de publicada esta entrada, me avisa el sistema de turnos de vacunación de mi provincia que tenía que presentarme el martes 11/01 a las 11.30 h para vacunarme con la tercera dosis (refuerzo). Esta vez debía presentarme en La Redonda (un espacio cultural/multipropósito que fuera un importante taller ferroviario), a diferencia de las anteriores aplicaciones que fueron en La Esquina Encendida. Fui, llegué un poco tarde (5 o 7 minutos) y la situación era un poco más desorganizada que las veces anteriores. Casi no había voluntarios (leí que muchos estaban aislados por el CoViD en esta tercera ola tan dramática). No obstante para las 12.00 ya estaba saliendo. Me tocó la Pfyzer-BioNTech Comirnaty, esta vez. Supongo que ahora tengo todavía mejor inmunidad contra el coronavirus.

 

 

Actualización: El 26 de enero de 2022, el  Ceride publicó los resultados del estudio de anticuerpos en Santa Fe (LINK)

Es muy destacable la comprobación de la eficacia de las terceras dosis, la falta de anticuerpos en el 66 por ciento de los NO vacunados y la calidad de la vacuna Sputnik. Les recomiendo que lo lean.

 

Actualización 2: A mediados de febrero Julieta tuvo claros síntomas de CoViD, lo que es compatible con el nivel moderado de anticuerpos que presentaba al momento del estudio. Los síntomas fueron moderados/intermedios, tal vez un poco más intensos que los que en su momento presentara yo.


Esteban Cámara

Santa Fe, Argentina, 7 de enero de 2022






sábado, 1 de enero de 2022

No estoy más en meta

No estoy más en Instagram ni en Fb (o sea, todo lo que tiene que ver con meta). Tampoco en whatsapp. El motivo no es la espiadura que han instalado respecto de sus clientes, que ya de por sí es suficientemente grave. No, después de ser censurado otra vez por ese grupo de redes sociales por opiniones calificados por ellos como 'violentas' (ya verán a que me refiero), me queda claro que ese grupo de inversionistas y sus sistemas promueven una agenda de extrema derecha y censuran a quienes piensen diferente.

Es un hecho bastante conocido que las empresas subcontratadas por Marquitos Zucker* para ayudar con la moderación (eufemismo que esconde el deseo de control y censura de contenidos), adhieren explícitamente al ideario del neofascismo del siglo XXI. Les pido que busquen el abundante material de investigación que se divulgó por la web en los últimos años respecto de este tema.

Ah, la publicación mía que insta eliminó por presuntamente llamar a la violencia tenía que ver con el revuelo que armaron algunos cuando el gobierno les prohibió a las administradoras de tarjetas de crédito y a los bancos que financien compras en el exterior en dólares, incluidos vuelos al exterior (que son financiados con los dólares que a todos los argentinos nos cuesta un huevo conseguir), decía:

NO LES FINANCIEN LOS VUELOS, ENSÉÑENLES A VOLAR

Chan.




Aclaración: El gobierno dio marcha atrás, días después, con la medida de no permitir el financiamiento de compras en el exterior.



Esteban Cámara