jueves, 14 de noviembre de 2024

¿Son o no son?

Hace un par de días (11/11/2024), un streamer santafesino compró su participación en un compromiso deportivo oficial de un equipo de la liga profesional argentina de primera división. Ingresó al campo de juego con el primer equipo, fue incluido en la planilla oficial, escuchó el silbato de inicio como parte de la escuadra titular y luego de menos de dos minutos de comenzado el encuentro y sin haber llegado a tener contacto con la pelota, fue reemplazado por un jugador profesional.

El equipo en el que debutó se hizo conocido recientemente por entrenar de madrugada a metros de un antro de diversión nocturna en una playa, ser propiedad particular de un sujeto de antecedentes discutibles (en teoría, las entidades deportivas argentinas deben ser de propiedad colectiva igualitaria respecto de los derechos de sus asociados), haber sido beneficiado por fallos arbitrales que le permitieron ascender desde la cuarta categoría a la primera división del fútbol campeón del mundo en años consecutivos y otros aspectos de apariencia cuando menos polémica. 

El streamer, Spreen (un gamer de minecraft seguido por una enorme cantidad de visualizadores), es auspiciado por una empresa de fabricación de un líquido energizante cuya salubridad está puesta en duda, la cual sponsoriza igualmente a la entidad deportiva. 

Lo que motiva estas líneas es que varios actores deportivos que han sido recientemente muy calurosamente elogiosos con el gobierno actual de la argentina (jugadores de selección, el dt de la misma, jugadores profesionales y ex jugadores, periodistas, etc.), autocalificado como liberal-libertario, han criticado indignados el hecho monetario-deportivo del streamer en un partido de futbol profesional.


Ahora bien, ¿existe alguna coherencia entre elogiar a una gestión de gobierno liberal que hambrea a los niños, llevando a la pobreza al 60% de los mismos, que le quita dignidad, medicamentos y alimento a los que trabajaron y aportaron toda la vida y cuando protestan los gasea y apalea a voluntad sin que los medios de comunicación (tan republicanos y democráticos pocos años atrás) siquiera lo consignen, mucho menos, condenen y, dando una vuelta de campana semiótica inmediata criticar un acontecimiento puramente liberal como que alguien compre una presencia deportiva publicitaria? Una política de gobierno liberal que, por lo demás, hambrea a docentes y no docentes universitarios, que expulsa del sistema científico tecnológico a miles de investigadores, que ralea las dotaciones profesionales de efectores de salud pediátrica, de alto nivel, que busca destruir la mejor institución científica latinoamericana, el CONICET, que deja morir a pacientes de enfermedades de tratamiento costosísimo, entre otras aberraciones...

¿Son liberales o qué?


Scaloni

Dibu Martínez


Esteban Cámara

Santa Fe, 14 de noviembre de 2024

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