En estos días es muy común sustentar el discurso de la mano dura con una comparación con los derechos humanos. Hay mucha gente que dice: ¿por qué nos preocupamos de los derechos humanos de los delincuentes y no de los de la gente 'honesta' que sufre la acción de aquellos? Hasta un recientemente famoso presidente latinoamericano esgrime esta falacia.
Bien, expliquemos, aunque me parece increíble a esta altura que sigamos debatiendo esto.
¿Por qué es diferente la violación de los Derechos Humanos a cualquier
otro delito individual?
Porque un delito individual generalmente afecta a un individuo y tal vez a su grupo familiar y seres queridos, mientras que las violaciones a los Derechos Humanos siempre afectan a toda una sociedad, a un país o inclusive a la humanidad entera. Por eso se llaman delitos de lesa humanidad.
Por otra parte, los estados (que son los únicos que pueden violar los Derechos Humanos), poseen una superioridad abrumadora en el campo del poder judicial y el poder de policía respecto de los ciudadanos y pueden evadir la prosecución de sus delitos durante décadas o incluso eternamente. Por eso las violaciones de los Derechos Humanos son imprescriptibles.
Además las violaciones de los Derechos Humanos se producen generalmente con el objetivo de aplicar un proyecto político y económico que busca que por la vía de la violencia se anule cualquier resistencia a la instauración de esa política.
No seas imbécil y no equipares más la violencia individual con la violación de los Derechos Humanos. Un delincuente que ejerce violencia sobre vos no viola tus Derechos Humanos: comete un delito. Y el estado tiene a su disposición una enorme variedad de mecanismos para castigarlo, sujeto a derecho y sin necesidad de vulnerar ninguna dignidad humana.
Esteban Cámara
Santa Fe, marzo de 2023
