El sábado llevé a mi hija a atenderse en el Hospital de Niños de Santa Fe, como otras 50 veces a ella y al resto de mis hijos. Nos atendieron en un mismo consultorio con otros 3 pacientes y sus familiares... ¿Y la confidencialidad? ¿Y la intimidad?
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Con razón hay violencia en la salud: cuando te hacen esperar horas, cuando los médicos se fugan, cuando te tratan como a un boludo. Sé que en la guardia del Niños se pagan 3 sueldos, al menos, de profesionales de guardia pero jamás vi más de dos médicos atendiendo. Y en el 90% de los casos, son residentes los que atienden. Me pregunto, ¿adonde están los médicos de experiencia? El destrato, la falta de respeto por la dignidad del otro, la falta de insumos y de condiciones de atención adecuadas, terminan generando cualquier cosa. No se sorprendan con las reacciones de la gente. ¿O se creían que los recientes episodios de violencia en hospitales y dispensarios se debían a "la época" o a cualquier otra cosa?
Y la solución no es más seguridad, la solución pasa por atender bien, porque las autoridades doten a los hospitales y dispensarios de condiciones adecuadas, pasa porque el personal, médico y no médico, atienda a los demás no como un favor, porque no lo es, sino como su obligación de trabajadores, de compatriotas y de seres humanos.
Y la solución no es más seguridad, la solución pasa por atender bien, porque las autoridades doten a los hospitales y dispensarios de condiciones adecuadas, pasa porque el personal, médico y no médico, atienda a los demás no como un favor, porque no lo es, sino como su obligación de trabajadores, de compatriotas y de seres humanos.
Los pacientes y sus familiares: SOMOS PERSONAS y, aunque el personal de salud y las autoridades no lo quieran reconocer, tenemos los mismos derechos que ellos.
Yo a ese hospital de Niños Orlando Alassia, al nuevo, lo ví nacer y trabajé en él desde un año antes de su apertura y hasta pocos meses despues. Y antes de eso, otros 11 años en otro gran hospital de la ciudad, así como en clínicas privadas.
Realmente, me DUELE un montón ver a la salud pública así, por el piso.
Esteban Cámara