lunes, 11 de agosto de 2025

Hipercríticos y relativistas ante la democracia

Sí, el título es un homenaje al libro de Umberto Eco, Apocalípticos e integrados (ante la cultura de masas), publicado originalmente en 1964.

 

En el libro, Eco denuncia la falsa dicotomía entre quienes rechazan de plano la cultura de masas (apocalípticos) impidiendo la aparición de nuevos patrones culturales y quienes la aceptan acríticamente, reproduciendo los patrones de dominación y hegemonía existentes. 

En mi opinión, no se trata de elegir entre una u otra opción (falso dilema), sino de analizar, desbrozar e integrar las nuevas formas culturales en un sentido crítico, buscando que su finalidad última sirva al progreso cultural, la integración social, el respeto y la igualdad entre los seres humanos.

En el caso de este artículo, hipercríticos y relativistas no se trata de una dicotomía, sino de un fenómeno que aparece conjuntamente en el plano del análisis político en la argentina de 2025 (y antes también). 

Como primer mecanismo está el relativismo, que analiza las formas políticas sin prestar atención al contenido. A este mecanismo le da lo mismo que una propuesta política busque desproteger e incluso aniquilar a los discapacitados, jubilados, personas del colectivo LGBTIQ, desocupados, pobres y otros grupos vulnerabilizados que a las propuestas que buscan atenuar, aunque sea en grado insuficiente, las condiciones que la hegemonía impone para dificultar el desarrollo y calidad de vida de esas personas. 

La hipercrítica, producida a continuación, es unilateral y está destinada solamente en contra de los proyectos políticos populistas, progresistas, integradores (peronismo, izquierda, etc.). Los proyectos inhumanos parece que no merecen ni siquiera el análisis contraposicional. De esta manera, en la audiencia de estas posturas parece erigirse como un único cuestionable a los progresimos. Este mecanismo, voluntariamente o no, conviene al mensaje neofascista imperante en el mundo que pone el origen de todos los problemas en la izquierda/progresismo/populismo.

Una situación derivada del análisis hipercrítico - relativista es, negar la derechización mundial de parte de la juventud y de sectores socioeconómicos de ingresos medios o bajos y adjudicarle todo a un efecto local derivado de 'malos gobiernos' que produjeron el enojo de esos sectores ante su ineficacia en eliminar la inequidad social. Es como si adjudicásemos el gobierno de Trump, el de Bolsonaro, el de Meloni y otros a ... Alberto Fernández y/o Cristina Kirchner.

Otra componente de estos análisis es la ingenuidad, negando o incluso ridiculizando la caracterización de la hegemonía comunicacional, judicial y el rol del establishment económico y sus múltiples herramientas en la reproducción de la cultura de la antipolítica, tan necesaria para el mantenimiento de la hegemonía de clase. De hecho, estas dos posturas propias de intelectuales supuestamente ultraizquierdistas, parecen destinadas mayormente a favorecer la hegemonía burguesa a través de la invisibilización de los mecanismos pro-establishment mencionados en este párrafo.

Otro aspecto ridiculizado por estos analistas es el carácter dependiente de la subjetividad de entre un 40 y un 60 % de la ciudadanía y su consiguiente falta de pensamiento crítico. Diversos estudios sociológicos marcan esta situación. Creo que la causa de esta acriticidad es cierta costumbre familiar y/o escolar del autoritas dixit, en donde desde muy temprana edad se adiestra a los niños a aceptar acríticamente lo que dice el papá, el religioso o el maestro, trasladada en el curso de la vida a lo que dijo el periodista del medio hegemónico el día anterior. Infinidad de veces he escuchado a personas que usan frases como se robaron un pbi, la clase política, la crisis energética y muchas otras sin la menor idea de a qué se están refiriendo.

Para terminar, hace más de medio siglo, Roberto Rossellini (1906-1977), cineasta neorealista de gran calidad (Roma, ciudad abierta; Paisá; Stromboli; Alemania año 0; etc.), publicaba Utopía-Autopsia cuya tesis es que no puede haber democracia política si no hay democracia en el flujo de información. Si no escuchaste nunca de este libro no te sorprendas, está fuertemente invisibilizado.


 

 

 

 

Esteban Cámara

Santa Fe, 11 de agosto de 2025 

 

 

 

miércoles, 12 de marzo de 2025

¿Tengo que decirlo de nuevo?

Lo vengo diciendo desde principios de 2024, tal vez antes.

Para Milei, la justicia social es un robo. Las organizaciones sociales, o todo tejido que organice a la clase trabajadora (organizaciones sociales barriales, partidos políticos, sindicatos de trabajadores o desocupados, clubes barriales, clubes de jubilados, etc) son organizaciones delictivas.

Los ricos, en cambio, son HÉROES. Según su visión, a los ricos les roban con los impuestos, por lo tanto si los evaden, si fugan dinero a cuentas offshore, son héroes románticos. 

Ya les ha bajado en algo los impuestos (impuestos a los bienes ), al tiempo que se los sube a la clase media y a los pobres.

Ya eliminó la dación de remedios a enfermos terminales.

Ya les quitó los remedios a los jubilados y bajó el poder adquisitivo de las jubilaciones en cinco doceavos (5/12, más de un 40 %).

Represión a jubilados, foto de Telesur

Después hablame de la 'dictadura' de Maduro.

Ya les quitó fondos al conicet (y expulsó a mil científicos), a las universidades, a la salud, la educación y a la obra pública (¿querés cloacas?, agarrá una pala y arrancá vos y tus vecinos, gil).

Ahora está yendo contra las pensiones por discapacidad. Empieza auditándolas, para luego quitárselas a la mayoría.

Ya les robó gran parte de los fondos a las provincias, al mismo tiempo que les adjudica nuevas responsabilidades.

Ahí, en todas estas aberraciones, está la victoria contra el déficit que tanto pregonan y que incluso una mayoría de los economistas opositores le reconocen. No, si la macro le está funcionando, dicen algunas pavotas que salen en c5n, supuestas economistas. Como si la recesión y la baja en el consumo, en el empleo y en la producción no fueran parte de la macroeconomía. 

No nos sirven ni los medios de comunicación existentes ni los jueces, que siempre van a fallar para el poderoso.

En los años '80, Thatcher intentó imponer una llamada Poll Tax, un impuesto único para todo habitante del United Kingdom (Reino Unido: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte). Eran algo así como 70 libras por cabeza por año. Los ingleses, que no son tan estúpidos como nosotros, se lo hicieron comer con papas chips a la genocida. 

¿Se entiende? Se trataba de que ricos y pobres pagaran lo mismo. Una miseria para los ricos, una jauja. 

Según ellos, con eso alcanzaba para los gastos del estado. Y los ricos, chochos, imaginate. Claro, con el estado reducido a su mínima expresión (policía, ejército y judicatura: lo único que a los ricos les interesa para mantener la titularidad de sus empresas y propiedades).

Ellos, los libertarios (sobre todo Milei y Benegas Lynch) a estas cosas las vienen diciendo, el que no las quiera ver es o un ingenuo o un cómplice. 

Esto tampoco es fascismo, aunque comparte muchos elementos discursivos y de guerra política, porque el fascismo tenía rasgos estatalizantes y colectivos.

Cuanto antes entendamos cuál es este juego, antes terminaremos con ellos.

Es una vergüenza que las organizaciones estudiantiles y la CGT no esté movilizando para acompañar y defender a los jubilados en sus marchas de los miércoles (como sí lo han hecho hinchas de fútbol), tal vez el único núcleo digno de  resistencia contra todo esta mierda. A mí ya me cagaron a palos, pero el 24 y el 26M voy a estar de nuevo en Bs As para manifestar. Y si pasa lo peor, que pase.

La batalla es en la calle. No esperemos a nadie. Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.

Nos vemos en las marchas.

 

 

Esteban Cámara

Santa Fe, 12 de marzo de 2025