lunes, 2 de septiembre de 2013

Ezequiel

[Originalmente publicada como nota en Facebook en noviembre de 2010] 

La muerte de Ezequiel Ferreyra (6 años, asesinado por el trabajo esclavo, los agrotóxicos y el cáncer que le produjeron) nos deja abrumados y sin palabras a todos. Falleció un 17 de noviembre de 2010.

(Fuente Kaos en la red)

No puede ser. No se puede tolerar.

Ezequiel iba a ser el próximo Messi.

¿Adónde estaba el inspector de trabajo? ¿Para dónde estaba mirando? ¿Y su jefe? ¿Y el funcionario político-ministro a cargo? ¿Adónde estaba el estado que no lo defendió?

La empresa avícola que lo asesinó se llama Nuestra Huella y su responsable se llama Alejandra López Camelo. ¿Por qué los periodistas no nos muestran su cara? ¿Para cuándo el escrache? ¿Vamos a seguir consumiendo los medios que no nos muestran su cara, que no la muestran como la lacra que es?

¿Cuantos Ezequiel están todavía esclavizados, envenenados y agonizando por allí?

Ezequiel iba a descubrir la cura para el cáncer.

Hace muchos años un señor que sentía este problema como pocos, Miguel Hernández, escribió un poema llamado Niño Yuntero. 

Transcribo un fragmento:

¿Quien salvará a este chiquillo
menor de un grano de avena?
¿De donde saldrá el martillo
verdugo de su cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros.
Que antes de ser hombres son,
y han sido, niños yunteros.

Y eso nos lleva al sindicato, a Uatre y a Venegas… Estamos al horno. No sirven. Están en otra, demasiado ocupados en arrodillarse ante las braguetas abiertas de la Sociedad Rural.

Ezequiel iba a descubrir la inmunización contra el sida.

No podemos dejarlo así y seguir con nuestras vidas. Hay que abandonar el individualismo, el trabajar nada más que por uno mismo, por nuestros bienes, nuestra casa y nuestra familia.

¿Por qué? Porque mientras tanto se nos mueren los ezequieles de este mundo. Y tenía sólo seis años.

Y no me vengas con la excusa cobarde de que “los políticos son todos una mierda”. Están ahí porque alguien los votó y porque VOS les dejaste el camino libre, con tu inacción y desinterés.

En estos últimos meses me dí cuenta de cuán equivocado estaba el eslogan de 2001: “Que se vayan todos”. Es suicida, es vacuo. Si se van todos ¿quién queda? Un milico, un cura, un empresario, la monarquía, o alguien parecido. El asunto no es que se vaya nadie sino que TODOS nos metamos en la discusión, en la militancia, en las marchas, en la negociación, en la difusión, en el consenso o en la pelea (tengamos muy en cuenta no siempre va a haber consenso: esa idea es peligrosa y limitante).

Ezequiel y toda criatura que se nos muere absurdamente podría ser todo lo que nos imaginemos porque cada niño es la pura potencialidad. Cada pibe que nos falte es un hueco que le hacen al futuro. No los dejemos morir así. No los ignoremos.





Esteban Cámara
Santa Fe, 26 de agosto de 2013

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